Un equipo de cuatro brazos robots gigantes se dedicó a rastrillar meditativamente un amplio lienzo de grava en Ueno Park, Tokio, como parte del proyecto The Constant Gardeners del Estudio Jason Bruges, considerado arte robótico.
En una serie de actuaciones diarias, estos ‘jardineros’ trabajaron juntos para crear ilustraciones únicas y evolutivas que representan los movimientos de los atletas que participaron en Los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
Algoritmos para el arte robótico
Los robots se inspiraron en el jardín zen japonés para crear ilustraciones generadas por una serie de algoritmos a medida, que analizaron secuencias de vídeo de acontecimientos olímpicos y paralímpicos pasados, algunas ilustraciones iluminan un movimiento o un momento deportivo espectacular.
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robots crearon obras de arte en la grava.
Los robots utilizados en la instalación de Brujas fueron recuperados tras toda una vida en la industria, trabajando para producir coches en una fábrica de BMW. Cada uno de ellos fue reacondicionado y repintado para su nueva función, pero esto no se hizo sin obstáculos. Los robots se diseñaron originalmente para realizar movimientos mínimos, industriales y repetitivos.
Utilizar los robots para llevar a cabo complejas tareas coreográficas para las que no están diseñados es un juego diferente. Para aprovechar esta tecnología con fines creativos y experimentales, Jason Bruges Studio tuvo que crear un programa de control personalizado para ‘hackear el sistema’.