Sea cual sea el problema, lo más importante para evitar los incómodos dolores de dientes y muelas es siempre visitar como corresponde al odontólogo, situación que muchas veces no sucede porque hay una realidad la que indica que son millones las personas que le temen a estos especialistas y al sonido que emite la máquina que ayuda a contrarrestar las caries.
Es también importante entender que no necesariamente el dolor en las piezas bucales se debe a caries, por ello, debes de conocer cuáles son las diferentes causas que generan esta afección y así mismo, sus posibles soluciones de acuerdo a su medicación o remedios caseros.
Problemas que causan dolores bucales
1) Problemas de encías: Estas enfermedades se producen principalmente por acumulación de placa bacteriana, una respuesta inflamatoria de los tejidos gingivales, por ello, hay que saber diferenciar la gingivitis de la periodontitis. la primera se limita a una inflamación, enrojecimiento y sangrado de las encías, la periodontitis también afecta al tejido óseo de soporte del diente, haciendo que se pierda el hueso que lo rodea y que terminará con la pérdida del diente. Por eso es fundamental cuidar la salud gingival, no permitir que aparezca una inflamación (gingivitis) que puede evolucionar hacia un proceso irreversible (periodontitis).
2) Hipersensibilidad: La sensibilidad dental es, junto al de las caries, el dolor más frecuente por el que se acude a la consulta de un dentista. Es un dolor agudo de corta duración y siempre provocado por estímulos químicos, térmicos o táctiles.
3) Diabetes y enfermedad coronaria: Padecer diabetes aumenta el riesgo de sufrir enfermedad periodontal, ya que es una patología que altera la respuesta inflamatoria frente a los microorganismos existentes en la encía y hace más difícil que la inflamación baje y que la encía se recupere. Por el otro, la periodontitis puede afectar a la diabetes, perjudicando el control del nivel de glucosa en sangre y empeorándola.
4) Bruxismo: Apretar de manera inconsciente la mandíbula es un acto involuntario que se da generalmente mientras dormimos, aunque también puede darse durante el día debido al estrés sin que nos percatemos de ello, pero se trata de un gesto que a la larga termina irremediablemente en dolor, ya que provoca el degaste progresivo de los tejidos duros del cliente (esmalte y dentina).