El triunfo de Glenn Youngkin en las votaciones de gobernador de Virginia, cayó como un balde de agua fría en el seno de los demócratas.

Y es que después de la victoria de Joe Biden en las elecciones presidenciales del año pasado, el partido en el poder esperaba que Terry McAuliffe obtuviera el cargo, más cuando ya había estado en esa posición de 2014 a 2018.

Sin embargo, los resultados fueron otros, a pesar de que la plana mayor de los demócratas, entre los que se encuentran el presidente Joe Biden, la vicepresidenta Kamala Harris y el exmandatario Barack Obama, dieron el espaldarazo a su candidato.

De hecho, que el partido que se encuentra en la Casa Blanca pierda al año siguiente de las elecciones presidenciales en los comicios para gobernador de Virginia no es extraño.

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De esa manera ha ocurrido en las últimas décadas, salvo en 2017, cundo el actual gobernador Ralph Northam venció por cerca de 10 puntos a su adversario.

Además de Youngkin, también se impusieron la candidata a vicegorbernadora, Winsome Sears, la primera negra que ejercerá el puesto, y Jason Miyares, el primer fiscal general del estado latino.

Como no podía ser de otra manera, Donal Trump no tardó en reaccionar. Fiel a su estilo, se autoalabó y mencionó su “ayuda” a la victoria. “He escuchado que Virginia es azul, pero nunca creí que fuera azul”, dijo el expresidente.

Los factores que explican la victoria republicana

Son varios factores los que pueden explicar el triunfo republicano en las elecciones de Virginia.

La impopularidad de Biden

Si bien Joe Biden llegó con un alto índice de popularidad, debido a que sacaba de la Casa Blanca a Donald Trump, sus cifras se han ido a la baja.

La aprobación del mandatario estaba por debajo de 40 por ciento en las vísperas de los comicios y, aunque él lo niega, los especialistas consideran que es fue un peso que influyó en la derrota de McAuliffe.

Fueron una gran cantidad de hechos los que perjudicaron la popularidad de Biden. El polémico retiro de las tropas de Afganistán, la inflación, la crisis económica por el coronavirus y las medidas para enfrentar la enfermedad, son algunos de ellos.

Divisiones de los demócratas

El partido en el poder muestra una imagen de tensión.

Los congresistas liberales y conservadores no se han podido poner de acuerdo en el presupuesto social y ambiental que propone el mandatario y el paquete de infraestructura.

Se alejan de Trump

Mientras que los demócratas querían meter al expresidente en el debate local, los republicanos se esforzaron por mantenerlo a la distancia. De hecho, la estrategia de McAuliffe de presentar a Youngkin como un “clon” de Trump no tuvo los frutos que deseaba.

Y es que el virtual ganador tenía la aprobación de la mitad de los votantes de la entidad, mientras que el magnate tenía una calificación “muy desfavorable” en cerca de la mitad del electorado.

Discurso falaz, pero calmado

Youngkin se presentó ante el electorado estatal como una persona moderada, sin los desmanes que caracterizaban a Trump. Pero lo cierto es que varios de los puntos que tocó en su campaña se emparentan con la estrategia del exmandatario y su gente cercana.

Por ejemplo, Youngkin expresó preocupaciones sobre la integridad de las pasadas primeras republicanas, y aunque no llegó al extremo de calificar como un fraude las presidenciales de 2020, dio un guiño sobre la posibilidad de que Biden no ganará en buena lid.