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Berrinches y malos comportamientos en escuelas, otros efectos de la pandemia

El regreso a las aulas ha evidenciado algunos problemas en los niños, luego de las clases a distancia.

La pandemia del coronavirus ha transformado la vida de las personas en un sinfín de variantes.

Muchos sostienen que el mundo no volverá a ser como lo conocíamos hace casi dos años. Algo que puede ser muy cierto.

Los adultos sufrieron modificaciones en su forma de trabajar, pues muchos tuvieron que hacerlo desde casa; además de los conflictos físicos y psicológicos por el encierro, mientras que algunos vieron sus sueldos afectados o perdieron su empleo.

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Los niños se ven afectados en su vuelta a clases

Pero eso no es todo. Los niños también se han visto afectados a la hora de regresar a las escuelas.

En Estados Unidos se han reportado muchos conflictos de los menores para readaptarse a la escuela presencial.

Diferentes problemas

En el caso de los más pequeños, hay más ansiedad por la separación, lo que significa más llanto a la hora de dejarlos en la escuela y dificultades hasta para dejar el hogar.

Mientras que en el caso de los niños mayores y adolescentes, algunos están menos comprometidos, pues se siente rezagados ahora que vuelven a las clases en las aulas.

Además, no se debe olvidar que pueden estar atravesando una situación grave. Cerca de 140 mil 400 niños han perdido a uno de sus padres o a un cuidador a causa del coronavirus, algo que también puede afectar su comportamiento.

De hecho, hace unos días, la Academia Estadounidense de Pediatría sostuvo que el estado de la salud mental de los niños y adolescentes es una “emergencia nacional”.

Aunque la gran mayoría de los maestros de EU coincide en que sus alumnos están felices de regresar a las escuelas y relacionarse con sus amigos, conocen que hay muchos desafíos para este nuevo año escolar.

Y es que muchos niños tienen un rezago social y emocional, de seis a 18 meses, en comparación con el nivel que tendrían en un año normal.

Sarah Ott, maestra de ciencias de octavo grado en una escuela pública de Dalton, Georgia, afirmó que ahora sus alumnos son menos maduros. “Solía enseñar en séptimo grado, y era el punto álgido de las payasadas”, dijo a The New York Times. Los niños suelen hacer parkour por las paredes y todavía llevaban juguetes a la escuela. En años anteriores, sus alumnos de octavo grado no se portaban así, y ahora lo hacen.

Además, varios profesores sostienen que las polémicas por el uso de los cubrebocas se han trasladado a las aulas, pues aprecian que los pequeños son menos cuidadosos y algunos llegan a la terquedad con el tema de las mascarillas, cuando en el año pasado trabajaban juntos en esa acción.

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