Los animales están íntimamente relacionados con el medio ambiente y la naturaleza. Y el artista digital australiano Josh Dykgraaf ha conseguido retratar esa relación en una serie denominada Terraforms. Para crearla, reimaginó animales con materiales naturales que encontró, y luego fotografió y editó los resultados. Metro habló con Dykgraaf para saber más sobre su proyecto.
ENTREVISTA
Josh Dykgraaf
artista digital afincado en Australia
P: ¿En qué se inspiró para crear la serie Terraforms?
- La serie comenzó con Ourea (el elefante). Estaba mirando unas fotografías de vacaciones de los Alpes suizos para un proyecto totalmente diferente y tuve la epifanía de que algunas de las formaciones rocosas se parecían mucho a la piel arrugada de un elefante. Eso provocó un día de trabajo jugando con el concepto en un día en el que estaba bastante hastiado con un trabajo de diseño corporativo que estaba haciendo en ese momento. Me gustó mucho el resultado y tuvo una gran respuesta cuando lo compartí, así que me animé a seguir explorando el proyecto.
P: ¿Cómo consigue establecer la conexión entre las texturas y los animales?
- Para cada pieza, busco algún tipo de relación entre el animal y esa textura. Puede ser que sea el hábitat nativo del animal, también puede ser notar una simple similitud visual, como que las montañas rocosas parecen piel de elefante o que los pétalos de magnolia parecen escamas. O podría ser ambas cosas: que las hojas de los árboles en los que viven los pájaros suelen tener formas y estructuras muy similares a las plumas de un pájaro.
P: ¿Qué le depara el futuro a Terraforms?
- A medida que avanza la serie, me interesan más los temas ecológicos y el cambio climático, como los incendios forestales que tuvimos aquí el año pasado y las extinciones que han tenido lugar como consecuencia. Las futuras imágenes van a reflejar esto cada vez más.
También estoy desarrollando una serie de imágenes de retratos de pueblos indígenas realizados a partir de fotografías de paisajes de sus tierras ancestrales. Este será un proyecto lento, ya que implicará muchos viajes en un mundo post-COVID.
30-60+
horas de trabajo que le lleva a Josh Dykgraaf crear cada pieza, sin incluir el tiempo que dedica a fotografiar el material.