A medida que los primeros hábitos de las citas se convierten en las duras realidades de una relación seria, ciertos comportamientos pasan de ser entrañables a francamente irritantes.
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Los ejemplos inocuos incluyen el tarareo constante, los ronquidos de nivel clínico o estornudar siempre un millón de veces seguidas. Las ofensas más graves incluyen cosas como personas que nunca pueden dejar de hacer bromas, incluso en situaciones graves.
“Burlas” que no siempre son bromas
Muchas personas ocultan la agresión pasiva a través de “bromas”.
Un lector explica que: “Al principio parece una broma divertida y juguetona. Pero después de un tiempo, comienzas a dudar de la motivación y se vuelve doloroso. Firmado, alguien que está felizmente casado con esta persona pero que primero necesitaba muchas conversaciones importantes”.
La persona en anonimato comenta: “Hablando como alguien que hace muchas bromas inexpresivas y potencialmente hirientes, es importante dejar muy claro que no estás tratando de lastimar a la otra persona”
Otra experiencia similar, pero con un final diferente relata que “Nunca estuve realmente seguro de si estaba bromeando o no, y eso fue muy agotador. Cuando pensaba que hablaba en serio sobre algo y, en cambio, me estaba tomando el pelo, sentía que lo estaba haciendo para desequilibrarme. No me gustaba hacia dónde se dirigía esa dinámica, así que después de un par de conversaciones en las que se negó a entender esto, lo solté”.
Cuando “diversión” se convierte en “imprudente”
Cuando empiezas a salir con alguien nuevo, puede ser emocionante. Tal vez lo animen a salir de debajo de su caparazón o le proporcionen un escape de la vida real al ser siempre “el divertido”. Sin embargo, lo que comienza como un amor por la diversión puede convertirse en un problema.
No es para nada recomendable llevar a cabo una relación que por verse bien ante la “sociedad”, esta afecte a las personas tanto físico como emocionalmente y sobre todo no convertir una relación en una rutina, porque después es cada vez más difícil poder salir de ahí.
