Noticias

Hormigas obligan químicamente a otras obreras a matar a su propia reina

Este comportamiento tortuoso desafía nuestra comprensión previa de la guerra entre hormigas y el control social en las sociedades de insectos.

Investigadores de la Universidad de Kyushu han descubierto cómo ciertas hormigas reinas parásitas manipulan colonias enteras para cometer matricidio. Foto: Keizo Takasuka.
Hormigas. Investigadores de la Universidad de Kyushu han descubierto cómo ciertas hormigas reinas parásitas manipulan colonias enteras para cometer matricidio. Foto: Keizo Takasuka.

En un sorprendente giro de la estrategia evolutiva, investigadores de la Universidad de Kyushu han descubierto cómo ciertas hormigas reinas parásitas manipulan colonias enteras para cometer matricidio, ordenando a las obreras huéspedes que maten a su propia reina.

En lugar de entablar un combate físico brutal con la reina residente, las reinas parásitas invasoras —concretamente Lasius orientalis y Lasius umbratus— eluden la lucha habitual manipulando químicamente a las obreras anfitrionas.

En un caso, la reina parásita roció a la reina anfitriona unas 15 veces durante 20 horas, lo que provocó que las obreras la asesinaran cuatro días después.

La herramienta clave en esta subversión parece ser un compuesto familiar, probablemente ácido fórmico, que estas reinas parásitas rocían sobre la reina anfitriona.


Investigadores de la Universidad de Kyushu han descubierto cómo ciertas hormigas reinas parásitas manipulan colonias enteras para cometer matricidio. Foto: Keizo Takasuka.
Hormigas. Investigadores de la Universidad de Kyushu han descubierto cómo ciertas hormigas reinas parásitas manipulan colonias enteras para cometer matricidio. Foto: Keizo Takasuka.

Dado que las anfitrionas y las invasoras pertenecen al mismo género y ambas utilizan el ácido fórmico como señal de alarma o defensa, las obreras interpretan la dramática dosis química como una grave amenaza de su propia reina, lo que desencadena la agresión.

Para llevar a cabo esta manipulación, la reina parásita debe primero colarse en la colonia huésped sin ser detectada. Lo hace adquiriendo el olor distintivo de la colonia —un proceso llamado preadquisición del olor del huésped— que le permite eludir la vigilancia de las obreras.

“El huésped y el parásito pertenecen al mismo género, por lo que ambos tienen ácido fórmico y lo reconocen como una señal de peligro”, explica Keizo Takasuka, profesor adjunto de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Kyushu.

Curiosamente, aunque las dos especies parásitas estudiadas no están estrechamente relacionadas, desarrollaron esta estrategia de conquista de forma independiente, lo que constituye un ejemplo de evolución convergente.

       

Tags

     

Lo Último