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Descubrimiento sobre el Tiranosaurio Tex cambia todo lo que se sabía hasta ahora

Durante décadas, el icónico Tyrannosaurus rex dominó nuestra imaginación como el depredador más importante del Cretácico tardío, hasta ahora.

Nanotyrannus
Nanotyrannus Esta ilustración muestra una manada de Nanotyrannus atacando a un T. rex juvenil. (Anthony Hutchings)

Un fósil recientemente analizado del famoso espécimen ‘Dueling Dinosaurs reveló que la controvertida criatura Nanotyrannus lancensis era, en realidad, una especie distinta y completamente desarrollada. Este descubrimiento no solo zanja un antiguo debate en paleontología, sino que también reescribe nuestra comprensión del crecimiento, la diversidad y la dinámica del ecosistema de los tiranosaurios en el último millón de años antes de la extinción masiva.

Una especie única, no un juvenil

Los científicos examinaron los anillos de crecimiento, la fusión espinal y los marcadores anatómicos del fósil y concluyeron que el espécimen no era un adolescente de T. rex, sino un individuo maduro de Nanotyrannus lancensis, de unos 20 años de edad cuando murió. Las diferencias clave, como las extremidades delanteras más grandes, más dientes, menos vértebras caudales y patrones nerviosos distintos en el cráneo, apuntan a un linaje biológicamente separado, que simplemente no podía ser un T. rex juvenil.

Una multitud de depredadores en un solo ecosistema

Dado que ahora se ha confirmado que el Nanotyrannus es un género distinto, esto significa que, en el último capítulo del Cretácico, múltiples especies de tiranosaurios de gran tamaño compartían los mismos ecosistemas. Hasta ahora, muchos estudios sobre el crecimiento y el comportamiento del T. rex habían asumido implícitamente que los especímenes de Nanotyrannus representaban versiones más jóvenes del T. rex, lo que significa que gran parte de lo que creíamos saber podría tener que revisarse.

“Para que el Nanotyrannus fuera un T. rex juvenil, tendría que desafiar todo lo que sabemos sobre el crecimiento de los vertebrados. No solo es improbable, es imposible”.

—  James Napoli anatomista de la Universidad de Stony Brook y coautor del estudio

Implicaciones para la ciencia de los dinosaurios

Las ramificaciones de este hallazgo son muy amplias: al demostrar que el Nanotyrannus y el T. rex son géneros diferentes, los paleobiólogos deben ahora reevaluar los modelos de crecimiento, la competencia por el nicho, la mecánica de la locomoción y la estructura del ecosistema justo antes del evento de extinción. Además, el descubrimiento subraya cómo incluso las historias fósiles más icónicas pueden evolucionar, recordándonos que las nuevas pruebas pueden remodelar lo que creemos saber sobre el pasado remoto de la Tierra.

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