Erik Menendez vio su libertad condicional rechazada tras una audiencia que se extendió durante todo el jueves en California. El hombre de 54 años, condenado junto a su hermano Lyle por el asesinato de sus padres en 1989, fue considerado todavía un riesgo para la seguridad pública, según determinó la Junta de Audiencias de Libertad Condicional del estado.
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Después de 10 horas de sesión, el comisionado Robert Barton justificó la decisión señalando que, a pesar de creer en la redención, las normas legales impiden su liberación actual. Menendez podrá volver a presentar una solicitud de libertad condicional dentro de tres años informó NBC News.
La negativa ocurrió tres meses después de que un juez en Los Ángeles concluyera que Erik y su hermano no representaban un “riesgo irrazonable”, y los sentenciara nuevamente a prisión perpetua con posibilidad de libertad condicional. Este fallo anuló la sentencia anterior que excluía esta posibilidad y habilitó las llamadas audiencias de “idoneidad”.
Por su parte, Lyle Menendez, de 57 años, tiene programada su comparecencia ante la junta para este viernes.
La familia de los Menéndez mantiene el apoyo a Erik
Tras conocerse la decisión del panel, familiares de los hermanos expresaron su respeto, aunque no ocultaron su decepción. En un comunicado difundido la noche del jueves, señalaron que seguirán respaldando a Erik. Destacaron su remordimiento, evolución personal y la influencia positiva que ha tenido dentro del sistema penitenciario.
Durante la audiencia, Barton explicó que, a pesar de reconocer los llamados “factores de delincuentes jóvenes”, como el hecho de que Erik tenía 18 años al momento del crimen, otros elementos como su comportamiento en prisión y acciones previas y posteriores al asesinato jugaron en su contra. Entre ellos, mencionó intentos de encubrimiento, el uso indebido de un teléfono celular y violaciones a las normas del centro penitenciario.
Menéndez participó en la audiencia por videollamada desde la Prisión Estatal Richard J. Donovan, ubicada en el condado de San Diego. En su intervención, ofreció una descripción crítica de sí mismo en la época del crimen, admitiendo haber sido impulsivo, mentiroso y sin una guía moral. Afirmó haber temido un abuso sexual por parte de su padre, José Menéndez, la noche de los asesinatos.
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Cuando se le preguntó por qué también disparó contra su madre, Kitty, a quien había descrito como víctima, respondió que ella había demostrado fidelidad a su esposo en cada momento.
Un caso mediático que resurge con fuerza
Los hermanos Menéndez se hicieron conocidos a nivel mundial por el asesinato de sus padres en su casa de Beverly Hills. Durante los juicios en la década de los 90, argumentaron que actuaron en defensa propia debido a años de abusos, pero la fiscalía sostuvo que el crimen fue brutal y premeditado, con fines económicos. Uno de los ejemplos citados es que Lyle habría recargado su arma antes de disparar en el rostro a su madre.
Barton calificó el asesinato de Kitty Menéndez como carente de compasión y preguntó directamente a Erik si consideraba que alguna parte del crimen se había cometido en defensa propia. Erik negó esa posibilidad.
El caso volvió a captar la atención pública en el último año gracias a una serie en Netflix y al apoyo de algunas figuras reconocidas.
A pesar del revés, Erik y Lyle Menéndez aún tienen abiertas otras vías para intentar su liberación. Continúa en curso una solicitud de clemencia ante el gobernador de California, Gavin Newsom, y una petición formal para anular sus condenas.