En una maniobra política de alto impacto, la Legislatura de California, dominada por los demócratas, aprobó este jueves un paquete de leyes que sienta las bases para una elección especial en noviembre de este año. En dicha votación, los ciudadanos del estado deberán decidir si avalan un plan que reemplazaría temporalmente a la comisión independiente encargada de redibujar los distritos electorales cada década.
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El gobernador Gavin Newsom firmó la legislación apenas fue aprobada, consolidando así la estrategia demócrata para responder a los recientes movimientos en Texas, donde se adoptó un nuevo mapa electoral que favorecería a los republicanos con hasta cinco escaños adicionales en la Cámara de Representantes en las próximas elecciones legislativas nacionales de noviembre de 2026.
Votación exprés y motivación partidaria
Según informó NBC News, tanto la Asamblea estatal como el Senado aprobaron la legislación con más de dos tercios de apoyo, lo que permite implementar medidas calificadas como urgentes según las normas californianas. El plan propuesto fue presentado en la Legislatura menos de una semana antes de su aprobación y tiene un objetivo claro: generar un contrapeso electoral al rediseño impulsado en Texas.
A diferencia de lo que ocurre en otros ciclos, esta vez no sería la comisión independiente quien trace las nuevas fronteras distritales, sino que la Legislatura asumiría el rol, si así lo decide el electorado. Esta comisión fue creada tras una votación popular con el objetivo de evitar la manipulación política del proceso de redistribución.
El cambio propuesto responde directamente a la jugada de Texas, que podría alterar significativamente el panorama electoral nacional de cara a las elecciones legislativas de 2026, donde estará en juego el control del Congreso. El presidente Donald Trump, en una entrevista con CNBC, respaldó abiertamente el nuevo mapa texano al afirmar que su partido “tenía derecho a cinco escaños más”.
Un rediseño con nombre propio: Trump
Los demócratas de California han denunciado que el plan texano busca blindar políticamente al expresidente. Newsom y sus aliados consideran que la medida republicana requiere una respuesta proporcional para evitar un desequilibrio en la representación nacional. Un estudio del Centro de Política de la Universidad de Virginia respalda esta lógica: según su análisis, el nuevo mapa californiano podría dar hasta cinco escaños adicionales al Partido Demócrata en las elecciones de “midterms”.
Durante el debate legislativo del jueves, la asambleísta Sade Elhawary, de Los Ángeles, fue tajante al justificar el proyecto. Señaló que “la crisis comenzó en un estado republicano”, y acusó a Texas de haber iniciado un fuego político que California no puede ignorar. “Estamos nivelando el terreno en vez de esperar a que Abbott y Trump quemen nuestra propia casa”, sostuvo, criticando además el llamado “Trump-mandering”, en alusión a la manipulación partidista de los distritos.
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Resistencia republicana y advertencias
El bloque republicano, por su parte, se manifestó enérgicamente en contra. James Gallagher, líder del partido en la Asamblea estatal, advirtió que esta estrategia solo intensificará la polarización política en todo el país.
“Si avanzan combatiendo fuego con fuego, ¿qué pasa? Lo queman todo”, declaró durante el debate. Gallagher alertó que la decisión de eliminar a la comisión independiente podría desencadenar una reacción en cadena, donde otros estados sigan el ejemplo y los partidos terminen dominando completamente el proceso de redistribución.
“Será el fin del derecho de los ciudadanos a elegir a sus representantes. Si ustedes lo hacen, luego vendrán Missouri, Indiana, y ya se escuchan conversaciones en Colorado”, agregó.
Apelando al lenguaje bíblico, pidió a ambos partidos “poner la otra mejilla” y contener sus impulsos partidistas. Según él, la democracia en Estados Unidos sigue viva, pero depende de que los legisladores tengan el coraje de confrontar a los líderes de su propio bando.
La elección especial será convocada para este otoño y podría modificar de manera significativa el panorama electoral rumbo a 2026.
Los cambios al mapa electoral, llamado “Gerrymandering” en Estados Unidos, consisten en agrupar o dividir a los votantes del partido opositor, los que suelen agruparse en zonas según sus ingresos económicos, nivel educacional y raza.