El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha rechazado llamar por teléfono al gobernador demócrata del estado de Minnesota, Tim Walz, para ofrecerle condolencias tras la muerte de la congresista Melissa Hortman y su esposo en un tiroteo registrado en su domicilio.
El magnate neoyorquino y criminal convicto, que ha roto así el protocolo establecido y que ha llevado históricamente a los presidentes del país norteamericano a llamar a las autoridades locales o estatales en caso de ataques y tragedias, ha afirmado que lo sucedido constituye un “acto horrible”, pero ha incidido en que Walz es “un desastre”.
“Creo que el gobernador de Minnesota está loco. No lo voy a llamar. ¿Por qué debería hacerlo?”, ha aseverado Trump en declaraciones a la prensa a bordo del Air Force One durante su vuelo de regreso a Estados Unidos procedente de Canadá, donde ha tenido lugar la cumbre del G7.
En este sentido, ha asegurado que Walz, que se presentó como candidato a la Vicepresidencia en las últimas elecciones presidenciales junto a Kamala Harris, “no tiene ni idea de nada”. “Podría ser agradable con él y llamarlo, pero ¿para qué perder el tiempo?”, ha apuntado.
Las fuerzas de seguridad han detenido a un hombre, Vance Boelter, como principal sospechoso del tiroteo. Boelter habría atacado también a tiros al senador estatal demócrata John Hoffman y a su mujer. Ambos tienen lesiones de importancia y han sido sometidos a una intervención de emergencia.
Boelter, de 57 años de edad, trabajaba para una empresa de seguridad. El jefe de Policía de Brooklyn Park, Mark Bruley, ha confirmado que las fuerzas de seguridad están prácticamente convencidas de que el asesinato de los Hortman ocurrió por motivos políticos tras el hallazgo, en el falso coche patrulla, de un manifiesto que identifica a “muchos legisladores y otros funcionarios” del estado, así como a médicos abortistas.