La Corte Suprema de Justicia de Argentina confirmó una sentencia de seis años de cárcel para la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, además de la inhabilitación perpetua para ocupar cargos públicos por defraudar al Estado a través de contratos para obras públicas.
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Tras esta decisión, la exmandataria tiene cinco días hábiles para presentarse ante un tribunal. La defensa puede solicitar que la sentencia se cumpla en su casa, ya que en febrero cumplió 72 años.
La ratificación de la sentencia ocurre ocho días después de que Fernández de Kirchner anunciara su candidatura como legisladora en los elecciones de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, previstas para el 7 de septiembre.
El presidente de Argentina, Javier Milei, reaccionó rápidamente a la noticia a través de la red social X, donde aseguró que se logró “justicia”. El mandatario, que se encuentra en Israel en una gira internacional, afirmó que “la república funciona, y todos los periodistas corruptos cómplices de políticos mentirosos, han quedado expuestos en sus operetas sobre el supuesto pacto de impunidad”.
¿Por qué fue sentenciada la expresidenta de Argentina?
La causa por la que se investigó a Fernández ocurrió por la adjudicación de 51 obras en la provincia Santa Cruz, las cuales beneficiaron al empresario Lázaro Báez durante los gobiernos de Néstor Kirchner (2003-2007) y Cristina Fernández (2007-2015).
Los tres jueces del Alto Tribunal, Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti, votaron por unanimidad y dejaron a firme el fallo de un tribunal inferior, sosteniendo que “el proceso ha sido salvaguardado y la recurrente ha obtenido una sentencia fundada en ley”.
A Cristina Fernández se le imputa el delito de el delito de administración fraudulenta en perjuicio de la administración pública en 51 licitaciones de obra pública. Las empresas de Báez apenas terminaron 27 de las obras adjudicadas en la Provincia de Santa Cruz.
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Cristina califica a los jueces de “impresentables”
Tras el fallo, Fernández se dirigió a un grupo se seguidores peronistas que se trasladaron hasta la sede del Partido Justicialista en Buenos Aires y acusó a la Justicia de imponer un “cepo al voto popular”, además de tildar a los jueces de “monigotes” y reiterar que “la sentencia ya estaba escrita”.
“La verdad es que esta Argentina que gobierna Milei no deja de sorprendernos, porque al cepo del salario le agregaron el cepo al voto popular. Este triunvirato de impresentables (...) de monigotes responde a mandos naturales muy por arriba de ellos: el poder económico concentrado en Argentina”, dijo Fernández.
La expresidenta hizo un llamado a la militancia justicialista para “estar junto a la gente que necesita” y avisó que se quedará a poner “la cara y el cuerpo”. “No somos mafiosos”, señaló, al tiempo que ha considerado que “estar presa es un certificado de dignidad”.
