La administración del presidente Donald Trump ordenó el despliegue de un batallón compuesto por 700 infantes de marina hacia la ciudad de Los Ángeles, bajo la excusa de resguardar instalaciones federales, pero se sumarán a los 2.000 efectivos de la Guardia Nacional que ya se encuentran operativos en la ciudad para contener las protestas que generaron las redadas migratorias.
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Esta decisión fue confirmada por dos funcionarios del Departamento de Defensa a The New York Times, en medio de un clima nacional marcado por movilizaciones ciudadanas y una creciente tensión social.
Los marines son una de las ramas de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos y su función principal es actuar como una fuerza de respuesta rápida ante crisis militares, y están especialmente entrenados para operaciones anfibias. Los infantes de marina son una fuerza militar activa, a diferencia de la Guardia Nacional que está compuesta por reservistas.
La decisión de enviar a los marines representa un incremento significativo de la presencia federal en la región, lo que podría agudizar las fricciones que se han generado entre los cuerpos de seguridad y quienes participan en las protestas contra las políticas migratorias impulsadas por el gobierno.
El domingo, por ejemplo, las protestas eran mucho más tranquilas que las del viernes y sábado, pero aumentaron una vez que se conoció la decisión de Donald Trump de enviar a la Guardia Nacional, sin la aprobación del gobernador de California, para intentar aplacar los disturbios.
El estado de California denunciará a Donald Trump
El fiscal general de California, Rob Bonta, anunció la presentación de una denuncia contra Donald Trump, y contra el secretario de Defensa, Pete Hegseth, por el despliegue “ilegal” e “incendiario” de la Guardia Nacional en Los Ángeles.
Esta decisión se conoció antes de la noticia del despliegue de los marines.
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Bonta ha explicado que el envío de tropas a la ciudad supone una violación de la Décima Enmienda de la Constitución, que determina los límites de las competencias federales.
“A primera hora de la mañana del domingo el presidente Trump y el secretario de Defensa, Pete Hegseth, federalizaron ilegalmente a 2.000 militares de la Guardia Nacional de California durante 60 días (...). Lo hicieron sin autorización del gobernador Newsom y contra el deseo de las fuerzas de seguridad”, explicó el fiscal general.
Bonta aseguró que las protestas “estaban casi disipadas” cuando llegaron los militares, el domingo. “Desde que Trump anunció su plan de desplegar tropas la situación escaló rápidamente con protestas durante la noche, cierre de autopistas y gente en peligro”, se ha lamentado.
El fiscal general recordó que solo hay un precedente de federalización de la Guardia Nacional y fue hace 55 años, durante el mandato de Richard Nixon, cuando movilizó a los militares para facilitar el envío de correo durante una huelga postal.
Advertencia contra los violentos
Rob Bonta también le habló a los responsables de incidentes violentos: “Mi mensaje para ellos es que no participen en actividades ilegales...Si no cumplen la ley iremos por ustedes y tendrán que rendir cuentas como ya saben quienes han sido arrestados”.
En cualquier caso, el fiscal de California subrayó que “la gran mayoría de la gente que ha participado en las protestas ha sido pacífica y legal”. Agregó que “ños violentos “parece que son miembros de grupos externos, ajenos al tema principal contra el que se protesta”.
