El presidente Donald Trump firmó este lunes una orden ejecutiva que busca reformar radicalmente el sistema de precios de medicamentos en Estados Unidos, obligando a las farmacéuticas a ofrecer a los ciudadanos estadounidenses los mismos precios bajos que obtienen otros países, o enfrentar sanciones.
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“Desde hoy, Estados Unidos dejará de subsidiar la atención médica de países extranjeros, que es exactamente lo que hemos estado haciendo”, declaró Trump en una ceremonia antes de firmar el documento. Según sus propias palabras, la medida podría reducir los precios de los medicamentos hasta en un 90%.
La orden establece el principio de “Nación Más Favorecida”, lo que significa que las compañías farmacéuticas deberán ofrecer a los pacientes estadounidenses el precio más bajo que se pague por un medicamento en países comparables, o de lo contrario enfrentarán consecuencias. Trump instruyó al Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, por sus siglas en inglés) a establecer objetivos de precios en un plazo de 30 días.
“Big Pharma cumplirá con este principio voluntariamente, o utilizaremos el poder del gobierno federal para asegurar que pagamos lo mismo que otros países”, advirtió el exmandatario. Sin embargo, no está claro qué autoridad tiene el Ejecutivo para imponer precios en el mercado privado.
La medida va mucho más allá de una política similar propuesta por Trump durante su primer mandato, que se limitaba a ciertos medicamentos dentro del programa Medicare y fue bloqueada por cortes federales en 2020 antes de ser rescindida por la administración Biden en 2021.
La nueva orden ejecutiva también contempla represalias en caso de incumplimiento por parte de los fabricantes, entre ellas permitir la importación de más medicamentos al país, y ordenar a la FDA que modifique o revoque aprobaciones a medicamentos que considere inseguros, ineficaces o mal comercializados.
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Trump criticó con dureza a la Unión Europea por obligar a las farmacéuticas a ofrecer precios bajos, afirmando que el comercio con Europa es “más desagradable que con China”. “Ese juego se terminó”, dijo. “Si quieren ponerse creativos, entonces no tendrán que vender más autos en Estados Unidos”.
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Además, el expresidente abrió la puerta a imponer aranceles a la importación de productos farmacéuticos, una medida que según expertos podría agravar la escasez de ciertos medicamentos, especialmente genéricos, y eventualmente aumentar los precios.
A pesar del anuncio, los mercados reaccionaron con calma. Las acciones de las principales farmacéuticas se mantuvieron al alza en la tarde. La Asociación de Investigación y Fabricantes Farmacéuticos de América (PhRMA), el principal gremio del sector, elogió el enfoque de Trump hacia los gobiernos extranjeros, aunque expresó reservas sobre el enfoque interno.
“El gobierno tiene razón en usar las negociaciones comerciales para obligar a otros países a pagar su parte justa por los medicamentos”, dijo Stephen Ubl, presidente de PhRMA. “Pero importar precios de países socialistas sería un mal negocio para los pacientes y trabajadores estadounidenses”.
Analistas del sector consideran que la medida podría tener más peso como herramienta política que como una reforma realista. “Representa más un riesgo de titulares que un cambio de paradigma”, opinó Evan Seigerman, de BMO Capital Markets. También subrayó que la legalidad del enfoque es “incierta” y que cualquier reforma estructural duradera requeriría la aprobación del Congreso.
A medida que se acercan las elecciones presidenciales de 2024, el anuncio marca un intento del expresidente Trump de reforzar su imagen como defensor de los consumidores frente a la industria farmacéutica, aunque su viabilidad legal y económica está aún por verse.