En todas las actividades que ha hecho Donald Trump en su campaña presidencial, sus asistentes y aliados habían hecho lo imposible por alejarlo de Laura Loomer, una influencer de extrema derecha que realiza comentarios racistas y conspiracionistas.
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Laura Loomer y Donald Trump juntos
Loomer, de 31 años, estuvo en el mismo avión de Trump cuando este viajó para realizar el debate con Kamala Harris y presenciar las conmemoraciones entorno al 11-S.
La noticia tiene enojados a demócratas y republicamos porque una de las teorías conspirativas que Loomer promueve es falsa noción de que el ataque terrorista a Estados Unidos fue un “trabajo interno”.
Loomer podría afectar negativamente la campaña presidencial de Trump
La representante Marjorie Taylor Greene, republicana por Georgia, y el senador Lindsey Graham, republicano por Carolina del Sur, aliados de Trump en el Congreso, están pidiéndole que la haga a un lado porque su pensamiento ideológico no es bueno para su campaña.
Trump no quiere condenar a Laura Loomer
Lo más alarmante ocurrió este viernes. El expresidente se negó a condenar los recientes comentarios racistas y conspiracionistas de la activista.
“Laura me ha respaldado”, manifestó Trump en Los Ángeles cuando le preguntaron sobre los temores que tenían sus aliados por su acercamiento hacia Loomer. Incluso, la influencer se declaró una “orgullosa islamófoba”.
Trump dijo que Loomer tiene “opiniones fuertes”, pero que él no sabía los comentarios que esta hizo.
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Uno de los comentarios ocurrió en la red social X al escribir que “la Casa Blanca olerá a curry y se facilitará el acceso a los discursos de la Casa Blanca vía un centro de atención telefónica” si su rival demócrata, Kamala Harris, gana los comicios de noviembre. Harris es hija de inmigrantes de Jamaica e India.
“Yo no controlo a Laura. Laura va a decir lo que quiera”, declaró Trump. “Yo no puedo decirle a Laura qué hacer”.