Un hombre encontrado congelado en una cueva en Pensilvania finalmente ha sido identificado, poniendo fin a un misterio de casi 50 años. La Oficina Forense del Condado de Berks ha identificado los restos del hombre desaparecido como los de Nicholas Paul Grubb, de 27 años de Fort Washington, Pensilvania.
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Grubb ha sido conocido durante mucho tiempo como el “Hombre Pináculo”, un apodo que hacía referencia al pico de la montaña de los Apalaches cerca de donde dos excursionistas descubrieron su cuerpo el 16 de enero de 1977.
Investigación
Una autopsia realizada en ese momento no determinó señales de crimen y las autoridades dictaminaron que había muerto por una sobredosis de drogas, informa The New York Times.
Sin embargo, no pudieron identificar el cuerpo de Grubb por su apariencia, pertenencias, ropa o información dental, y las huellas dactilares recolectadas durante el examen se extraviaron posteriormente, dejando a los investigadores con poco más que un boceto de su semejanza.
El forense del condado de Berks, John Fielding, dijo a los periodistas que “detectives de la policía estatal e investigadores de la oficina forense” habían revisado periódicamente el caso durante los últimos 15 años, comparando su información “con no menos de 10 personas desaparecidas a través de huellas dactilares y radiografías dentales”.
En agosto de 2019, el cuerpo de Grubb fue exhumado después de que los registros dentales lo vincularan con dos casos de personas desaparecidas en Florida e Illinois, y llevado al Hospital de Reading, donde fue examinado por un antropólogo forense, un patólogo forense y un odontólogo forense.
Muestras de ADN
Si bien las muestras de ADN no coincidieron con ninguno de los casos de personas desaparecidas, en agosto de este año el agente de la Policía Estatal de Pensilvania, Ian Keck, encontró las huellas dactilares faltantes de Grubb.
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Una hora después de enviar la tarjeta al Sistema Nacional de Personas Desaparecidas y No Identificadas (NamUs), un experto en huellas dactilares del FBI comparó las huellas con las de Grubb. Un miembro de la familia confirmó su identidad y pidió a la oficina forense del condado de Berks que enterrara sus restos en una parcela familiar.
“Esta identificación supone una resolución largamente esperada para su familia, que ha sido notificada y ha expresado su profundo agradecimiento por los esfuerzos colectivos que lo hicieron posible”, dijo Fielding.
“Son momentos como estos los que nos recuerdan la importancia de nuestro trabajo para brindar respuestas, cerrar los capítulos y darle un nombre y una historia a los no identificados”.