Boeing enfrenta una serie de denuncias recientes relacionadas a sus aviones 787, ya que los apodados Dreamliner, al parecer tienen fallas estructurales que en un futuro podrían generar graves consecuencias. Las denuncias son realizadas en medio de una crisis del gigante de la aviación.
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La Administración Federal de Aviación está investigando las denuncias realizadas por Sam Salehpour, ingeniero que trabajó en el desarrollo del avión y que fueron recogidas por el New York Times. Salehpour, quien trabajó con la empresa más de 10 años, explica que hubo cambios en el proceso de construcción que hacían que algunas partes del fuselaje del avión no estuvieran unidas correctamente. Estas piezas, según el ingeniero, podrían desmoronarse luego de varios viajes.
Tras las denuncias del ingeniero, Boeing afirmó que tenía “plena confianza” en el 787 y desmintió las acusaciones de Salehpour.
Una seguidilla de problemas para Boeing
La serie de problemas que han afectada a la empresa provocaron la renuncia del actual director ejecutivo Dave Calhoun y otros altos ejecutivos, que anunciaron en los próximos meses “tras una serie de historias dañinas sobre la seguridad de sus aviones”.
Calhoun añadió que la explosión del tapón de puerta en un avión Boeing 737 Max volado por Alaska Airlines en enero fue un “momento decisivo para Boeing”, por lo que la compañía se verá obligada a defenderse.
John Barnett, otro denunciante y exinspector de calidad de Boeing, también expuso sus preocupaciones en el área de seguridad de la planta de Charleston. Barnett fue encontrado muerto en marzo.
En el más reciente episodio de alarma registrado el pasado lunes, en avión Boeing 737-800 de Southwest Airlines se vio obligado a regresar al aeropuerto de Denver después de que se cayera la cubierta del motor.
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Semanas antes, además, a un Boeing 777-200 de United Airlines se le desprendió una de las ruedas del tren de aterrizaje trasero.
Afortunadamente, ninguno de estos incidentes relatados tuvo víctimas fatales.
El verano llega con escasez de aviones
El verano podría tener escasez de aviones en el momento cúspide del año del turnismo, ante la falta de naves nuevas, reparaciones caras, denuncias y la caída drástica de las entregas por los problemas de producción que está sufriendo Boeing.
El futuro no es muy esperanzador para los turistas. Según cálculos de la consultora AeroDynamic Advisory, las entregas de aviones de este año se verán reducido en un 19%. Y, según Reuters, las aerolíneas estadounidenses recibirán un 32% menos de aviones de los previstos hace un año debido a los problemas de Boeing.
Eso seguramente traerá modificaciones en las reservas y problemas durante julio y agosto, los principales meses de vacaciones en EEUU.