Por más de dos décadas el nombre de Silicon Valley ha resonado como la cuna tecnológica de Estados Unidos. Grandes empresarios y compañías innovadoras operan desde aquella zona entre las ciudades de San Francisco y San José. No obstante, su reinado podría estar por concluir muy pronto debido al creciente auge de Silicon Desert.
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Y es que Arizona se está posicionando poco a poco como un Estado ideal para el desarrollo de nuevas tecnologías. Además, gracias a la Ley de Chips del país norteamericano, el contado de Maricopa, con Phoenix a la cabeza, está transformando su paisaje para acoger a gigantes de la fabricación de semiconductores, atraidos por los miles de millones de dólares en subsidios que promete la Casa Blanca.
El reinado de Silicon Desert
De acuerdo a un reciente reportaje de The Washington Post, la Ley de Chips (CHIPS and Science Act) sería el principal motivo por el que los empresarios están moviendo sus operaciones hacia Silicon Desert.
Pero, ¿a quienes atrae esta ley? Así es: A las importantes chiperas, siendo TSMC - la líder mundial taiwanesa-, una de las primeras en apostar por esta región.
De hecho esta última, con una inversión proyectada de 40 mil millones de dólares, tiene planes para construir dos nuevas fábricas en Arizona; una dedicada a chips de 5 nanómetros y otra para los de 3 nanómetros.
Otro gigante que posó su vista en Silicon Desert es Intel, que lleva operando más de cuatro décadas en Arizona a través de un plan de expansión constante.
Estos movimientos, aunque sutiles, son un paso más hacia la creación de un nuevo núcleo tecnológico en el desierto, respaldado por un paquete de 280 mil millones de dólares de la Ley de Chips estadounidense, de los que 39 mil millones se destinan a incentivos para la producción local de semiconductores.
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¿Y los beneficios para Arizona?
Según los expertos citados por medios internacionales, este auge podría llevar a la renovación de la ciudad. Junto a la inversión en infraestructura, el área alrededor de Phoenix ya está viviendo un crecimiento notable con la llegada de más empresas tecnológicas, la construcción de nuevos centros comerciales y proyectos de vivienda.
Asimismo, la Universidad Estatal de Arizona está ampliando sus programas de ingeniería para cumplir con la demanda de expertos. Tanta es la necesidad, que incluso Intel ofrece cursos introductorios en colegios comunitarios para encontrar talentos jóvenes.
Con todo, el impulso de compañías como TSMC e Intel en Arizona promete generar más de 10.000 empleos en la construcción y otros 10.000 puestos de trabajo tecnológicos una vez que las nuevas plantas estén operativas, lo que podría resultar más que atractivo para los locales y las zonas aledañas.
Una nueva era en la industria tecnológica estadounidense se podría estar iniciando en este mismo momento, por lo que será necesario mantener un ojo alerta para conocer el desarrollo de esta trama.