El hambre nos indica que necesitamos reponer nutrientes y que deberíamos comer para recuperar la energía gastada. La señal más clara de esto es que tenemos el estómago vacío, pero no siempre es así. En ocasiones, el nerviosismo, el aburrimiento, el estrés u otros factores nos incitan a abrir la nevera y a comer más de lo que deberíamos.
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Los ataques de hambre son el principal enemigo del peso y aunque parezca imposible resistirse a ellos la realidad es sí que se pueden contrarrestar.
“Los ataques de hambre pueden aparecer en cualquier momento y estar provocados por diferentes factores, como puede ser la ansiedad, dormir poco, el aburrimiento, la falta de luz natural, los cambios hormonales (como el período menstrual), el frío o los aditivos que incluyen algunos alimentos (como el aspartamo), entre otros”, enfatizó el Drbline.
¿Qué se debe hacer para contrarrestar los ataques de hambre?
Un buen desayuno evitará que piques entre horas. Prioriza la proteína y reduce la bollería industrial. Los alimentos de calidad te sacian durante más tiempo y son beneficiosos para tu organismo. También es recomendable beber un vaso de agua cuando sientas el pinchazo del hambre y espera unos minutos. En muchas ocasiones seguramente notes que el hambre ha desaparecido.
De igual manera, la proteína es altamente saciante y así lo demostró un estudio científico publicado en The American Journal of Clinical Nutrition que determinó que “las proteínas generalmente aumentan la saciedad en mayor medida que los carbohidratos o las grasas y pueden facilitar una reducción en el consumo de energía en condiciones dietéticas ad libitum (a demanda)”.
“Las comidas calientes (o tibias) envían al cerebro señales de saciedad con más antelación que las frías, es decir que, de alguna manera, nos “sacian” más. Cambia una ensalada fresca por una de verduras cocidas o calienta alimentos que tomas fríos con más regularidad”, respectivamente.
No caigas en tentaciones
Evita la comida más calórica que puede acabar con tus objetivos. Si es más difícil acceder a ellos, es probable que los consumas menos. Si tus amigos siempre están picando o en tu oficina hay dulces a la vista lleva contigo alimentos sanos y saciantes como zanahorias o pepino para no caer en la tentación.
De lo que se trata es de utilizar la cabeza y de que el proceso se convierta en un hábito, no en algo puntual.