Mientras Julie Devaney Hogan se probaba su bikini durante el fin de semana de Labor Day, en 2022, sintió “un abultamiento casi imperceptible” debajo de un pezón. Preocupada, llamó a su doctor.
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“Me dijeron que no era para preocuparme”, dijo Devaney Hogan, de 38 años y residente en Boston. “Me dijeron: ‘Yo no me preocuparía. Tienes una cita para tu examen físico a finales de octubre, ven para esa fecha’”.
Aun así, Devaney Hogan coordinó una cita con su obstetra ginecólogo y se hizo exámenes, los que revelaron la razón del abultamiento: se trataba de un carcinoma ductal invasivo de mama HER2 positivo en la etapa 3. “El bikini me salvó la vida”, relató.
El abultamiento llevó a un diagnóstico
Después de hallar el abultamiento del tamaño de un guisante y que la oficina de su doctor le dijera que no se preocupara, Devanye Hogan se lo comentó a sus amigos. Una habló.
“Mi buena amiga que es enfermera me dijo: ‘Absolutamente, no. No te quedes satisfecha con no ser vista [por un médico]’, relató Devaney Hogan. “Me dijo: ‘No me importa lo que el doctor dijo. No me interesa si no están preocupados. Que te lo chequeen. Tienes tres niños. Necesitas hacer algo’”.
Devaney Hogan llamó a su obstetra ginecólogo con la esperanza de ser examinada. “Con un poco de empuje y persistencia, fui capaz de conseguir una cita para la semana siguiente”, dijo. “Pude haberla pospuesto y decir ‘estoy ocupada y tengo cosas pendientes’. Estoy muy contenta de que conseguí la cita”.
Su doctor la envió a un centro de cáncer de mama donde le aseguraron que “no había nada de qué preocuparse”. Le dijeron que podía hacerse una mamografía y una biopsia, pero insistieron que “no había ninguna urgencia” en sus recomendaciones. A pesar de todo, coordinó las fechas para los exámenes.
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“Ese abultamiento era un carcinoma ductal invasivo de mama HER2 positivo en etapa 3 que se había extendido a los nódulos linfáticos”', comentó Devaney Hogan. “Pude haberlo desestimado y esperar. Me dijeron que, de haber esperado, hoy estaría en un escenario muy diferente”.
Quimioterapias
Devaney Hogan tuvo 12 rondas de quimioterapia, una doble mastectomía, remoción de los nódulos linfáticos y radiación para tratar el cáncer. Un escaneo reciente encontró cáncer residual, por lo que empezó otra ronda de quimioterapia, que durará hasta el próximo año, y tendrá una cirugía reconstructiva en noviembre.
Cuando tenía 35 años, Devaney Hogan tuvo una mamografía debido a una mastitis recurrente. Eso hizo el diagnóstico aún más sorprendente.
“No hubo otros síntomas”, relató. “No tengo historia en la familia [del mal] u otros síntomas que me pusieran en alerta”.
La combinación de ser madre, tener una carrera como vicepresidenta de una compañía tecnológica y sufrir de cáncer ha sido difícil por momentos.
Tratamiento y nueva vida
“El cáncer puede ser dramatizado en la TV, por lo que tienes esta idea de lo que va a ser. Pero de pronto haces la transición de ser una madre ocupada con una carrera a ser una persona enferma”, comentó Devaney Hogan. “La realidad es que recibes el diagnóstico y cuando llegas a casa, tus hijos todavía están gritando porque no abriste el paquete de queso de manera correcta”.
Devaney Hogan tomó una licencia de trabajo para concentrarse en su tratamiento y recuperación. “Realmente empecé a pensar en mi situación como un nuevo trabajo en mi vida”, afirmó.
Mientras estaba en tratamiento, sin embargo, reflexionó sobre su diagnóstico. “Nunca esperas que te pase. Quizás es algo horrible de decir”, afirmó. “Me siento bien, hago ejercicios y como bien, y aun así es chocante”.
También sintió que conocía su cuerpo muy bien y se preguntó cómo pudo no notar el abultamiento.
“Cómo estuve tan ciega ante el hecho de que la enfermedad podía tocarme”, se preguntó Devaney. “Ahí fue cuando empecé a cocinar la idea de ‘exprimir’ y pensé en las vías en que podía ayudar a otras mujeres a lidiar con el cáncer de seno no sólo como un chequeo en octubre”.
La “temporada de exprimir”
Antes de su diagnóstico, Devaney Hogan pensaba en el mes del cáncer de seno en octubre como un evento para el que tenía que encontrar ropa rosada para que sus hijos fueran a la escuela, o ayudar a concientizar sobre una enfermedad que afectaba a mujeres mayores.
Se preguntó si había algo que podía hacer para que la prevención del cáncer de mama fuera más relevante para las mujeres por debajo de la edad en la que se empiezan a recomendar las mamografías. Así fue que surgió Season for Squeezin’ (temporada de exprimir).
“Desafortunadamente, el cáncer de seno impacta a un número creciente de mujeres jóvenes”, afirmó. “¿Por qué no encontrarse con ellas en el lugar en que están en el verano y enfocarse en las cosas que pueden hacer [para prevenir la enfermedad]?”