Una de las muertes más recurrentes en el mundo es la que proviene de enfermedades cardiovasculares, que atacan directamente al corazón. Por ello, la prevención es importante.
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Para mantenerse saludable, la alimentación resulta importante. De acuerdo con un cardiólogo del Mount Sinai de Nueva York, conocido como Deepak Bhatt, hay que modificar las costumbres culinarias del día a día, cambiar los hábitos.
El especialista conversó con Daily Mail y realizó una lista de los alimentos que ponen en jaque la salud del corazón, a fin de hacer reflexionar a todas las personas que no le dan prioridad al bienestar del organismo.
Alimentos malos para el corazón
Bebidas energéticas. Alertó: “Conviene tener cuidado con estas bebidas porque pueden contener todo tipo de sustancias que podrían causar latido irregular o alteraciones del ritmo cardíaco, así como otros problemas de salud”.
El alcohol. A toda costa, ¡hay que evitarlo! “Es un mito que el alcohol, ni siquiera el vino, sea bueno para la salud del corazón porque se trata de calorías vacías, desprovistas de cualquier valor nutricional”, dijo.
Además, “la evidencia demuestra que incluso una bebida al día aumenta el riesgo de problemas del ritmo cardíaco y que supone un riesgo cardiovascular sin ningún beneficio, subiendo la presión arterial”.
Comida rápida. La mayoría tienen mucho sabor a sal y azúcar, respectivamente. “Es mala para el corazón hasta el punto de que puede hacer que la medicación de un paciente deje de funcionar”, refirió el experto.
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Por ello, hace que cobre vida “la hipertensión arterial y provoca que no se note la incidencia de los medicamentos”. A tal magnitud, es importante alejarse de las frituras.
Carne roja. Según el cardiólogo, “lo peor para la salud cardiovascular es la carne roja”. Incluso, “desencadena reacciones en el intestino o el sistema digestivo que son particularmente malas para la microbiota”.
¿Y los postres?
En su listado sustenta que “los azúcares simples, como el blanco o cosas por el estilo, que son muy frecuentes en pasteles y galletas”; debido a ello, no son aconsejables.
“Esos tipos de carbohidratos simples, como la harina blanca, aumentan el riesgo de diabetes y enfermedades del corazón, así como el almacenamiento de grasa en el hígado”. Tampoco recomienda el consumo de harina refinada.