La dieta Harvard hace alusión a la creación de comidas equilibradas y sumamente saludables. Conforme a su popularidad, diversos expertos han respaldo el también denominado “Plato de Harvard”, debido a los efectos positivos que ha generado.
“Hace más de una década que la forma de comer que promulgaban era una forma de prevenir enfermedades comunes como algunas cardiovasculares, diferentes tipos de cáncer y la diabetes de tipo 2 (…)”, informó la profesora de nutrición en la Escuela de Salud Pública de Harvard, Lilian Cheung.
Basándose en ello, “promulgaron el famoso método de crear platos saludables mediante el plato de Harvard, una combinación de alimentos en la que la mitad del plato se representa con frutas y verduras (siendo más estas últimas en proporción), un cuarto de proteínas y el restante carbohidratos complejos (granos integrales)”, describiendo la forma correcta de concretar las conexiones entre diversas comidas.
Dieta Harvard, ideal y diferente
La dieta Harvard es ideal y diferente, no una más del montón como varias personas creían. A las premisas mencionadas, se anexa que la “patata no es una verdura desde el punto de vista nutricional porque se comporta casi como un carbohidrato refinado, aumentando el azúcar en sangre” o que las proteínas que nos interesan son las del pollo, frutos secos, pescado o pato”, precisamente.
Los especialistas comentan con detalle que “era mejor optar por café, té o agua en lugar de leche en el desayuno, porque hay muchas intolerancias a la lactosa (…)”.
Tazas con leche
Aparte, “(…) el consejo de beber tres tazas con leche al día ha quedado obsoleto porque sólo la cantidad de calorías de beber leche de esa manera, sería preferible estar bebiendo agua, té o café”, subrayó Cheung.
Centrándose directamente en la dieta Harvard, realizó más hincapié en las recomendaciones. Según sus sugerencias, “el consumo de lácteos se reduce a una o dos raciones al día (equivalentes a uno o dos vasos pequeños)”.