El Senado recibirá a a nuevos integrantes el próximo año, específicamente 33 escaños en 2024. De cara a esto, Rubén Gallego, demócrata de Arizona, optó por lanzar su campaña desde ya, a fin de conseguir el puesto en la Cámara Alta.
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Pese que faltan 21 meses como tal para las elecciones en el estado fronterizo, el político aspira contar el respaldo de personas latinas en el distrito que representa, que constituye gran parte de la ciudad de Phoenix.
Se conoció que cerca de una cuarta parte del electorado conforma el poder latino en Arizona, puesto que al menos 1,2 millones tienen la edad correspondiente para registrarse en el proceso y votar, difundió El Tiempo Latino.
Arizona y los latinos demócratas
En virtud de salir victoriosos en contiendas federales y estatales, idóneo en las midterms de noviembre, tal como en Texas, Nevada y Arizona, pese que prevalecieron pérdidas en Florida, los demócratas contaron con la colaboración suficiente de los latinos.
Así lo alegaron hallazgos preliminares de la firma de investigación Equis; cerca del 45 % de los votantes que son latinos se consiguen registrados en el estatus de demócratas en el estado.
Después, les sigue un 40% que no se detecta con ningún partido. Por otro lado, está un 15% que se consideran republicanos, conforme a datos recopiladas por NALEO Educational Fund.
Max Fose, consultor político de Arizona y ex asesor del ex senador republicano John McCain, dijo que no ha visto que los republicanos de la zona hallan realizado un sacrificio concertado en miras de interactuar con los latinos desde que McCain estaba en la candidatura.
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“Mucho tiene que ver con el legado que hemos heredado, especialmente los mexicanos, de venir de un país donde los partidos compran y manipulan el voto. Existe este legado desequilibrado de que el voto no es tan honesto ni éticamente importante”, dijo
Falta de votos por el pasado
El exlíder en el Senado estatal Alfredo Gutiérrez habló sobre por qué los hispanos les resulta complicado decidirse a votar, por la trayectoria pasada. “Existe este legado desequilibrado de que el voto no es tan honesto ni éticamente importante”.
