La mexicana Andrea Martínez se convirtió en la primera pateadora de fútbol americano universitario de México, entre hombres en la división amateur más importante de la región.
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Cuando le informaron que sería la primera mujer en participar quedó asombrada, no sabía cómo sería su función como tal.
En declaraciones con The Associated Press alegó: “Al principio uno no lo dimensionó bien porque ni siquiera entendí completamente que iba a ser la primera mujer”.
Llegó a crear que compartiría con otras féminas. “Pensé que había más chicas o que incluso iba a haber un equipo femenino”, mencionó al recordar que tomó con desconcierto la noticia.
¿Quién es Andrea Martínez?
La joven Andrea Martínez cuenta con 21 años, desde los 12 tiene experiencia en el fútbol. No lograr pasar el corte al intentar ser parte en la Liga Femenil MX, profesionalmente.
Estudia Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM): hasta hace unos meses seguía jugando fútbol en su escuela. Sin embargo, al abrirse la posibilidad de captar un pateador de posición, dejó atrás lo que hacía y se atrevió a participar en las pruebas que realizó Pumas CU, el equipo de fútbol de la institución superior.
Resaltó: “La decisión que tomé fue probar un nuevo deporte. Nada más, solo aventurarse y ver de qué se trataba”. Al tiempo, acotó: “Me sentí muy feliz cuando escuché la noticia de que había sido la chica seleccionada”.
¿Cómo es la convivencia con los hombres?
Habló sobre cómo es el día a día con el sexo opuesto. “La convivencia es la misma que con las niñas. Pero la forma en que vivimos juntos, la forma en que nos hablamos, la forma en que nos apoyamos mutuamente, las bromas que hacemos, es lo mismo”. De hecho, hace todas las actividades con los hombres del equipo, solo que posee su propio vestuario.
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Dijo sentirse bien con sus compañeros y cómoda con lo que hace. “Me llevo muy bien, los he conocido, no solo en el gimnasio, sino también aquí en el campo. Hay 67 hermanos más que tengo hasta ahora”, declaró.
Lo más gratificante para Andrea Martínez es recibir el cariño del público.”Hay niños pequeños que vienen y me piden una foto o se acercan y me dicen palabras muy bonitas”, relató.
Añadió: “Es lo más gratificante que he sentido, poder darme cuenta de eso, tal vez los estoy inspirando un poco”.
