Inquietudes sobre los mocos en niños, ¿son malos?

En la actualidad, aparte de la tos y la fiebre, los mocos resaltan entre los síntomas más recurrentes por los que padres, representantes, responsables, llevan a los niños a consulta con el pediatra.

“En primer lugar, porque están compuestos por células que pertenecen al sistema inmune, pero, además, protegen físicamente al crear una especie de barrera que obstaculiza la entrada de los gérmenes por las puertas más habituales, que son la nariz y la boca. Por algo son pegajosos: el cuerpo está muy bien diseñado”, informó el especialista en el área, Agustín Remesal Camba, a El País.

A medida que los pequeños vivan el proceso de crecimiento, los mocos irán desapareciendo en cantidad; sin duda, cuando sean adolescentes tendrán menos que al tener un año, por ejemplo.

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Adiós a las dudas

¿Qué pasa si los niños se comen los mocos? El pediatra despeja la duda. “Esto me lo han preguntado alguna vez y no, no pasa nada. ¡Casi todos los niños se los comen durante una época de su vida e incluso algún adulto que sigue sintiéndose niño! Incluso hay alguna investigación que defiende que comer moco aumenta la capacidad de respuesta a las infecciones”.

¿Son malos? Según el doctor, no son malos. Al contrario, resultan buenos. “Estos son defensas, menos mal que existen, y su presencia en sí no debe ser fuente de preocupación”, exteriorizó.

De acuerdo con la percepción, pueden ser enemigos o amigos de los recién nacidos, niños lactantes. En este caso, es distinto. “Un bebé ya grandote, de 20 meses, va a sobrellevar un catarro probablemente sin problemas, pero podría no ser así en un lactante de seis semanas, porque los mocos no le van a dejar respirar bien y, por tanto, comerá menos y dormirá mucho peor de lo habitual. En consecuencia, los mocos en sí no son malos, pero si el niño es muy pequeño, en ocasiones, es necesario intentar darles salida para que no causen problemas respiratorios”.

¿Existe algún medicamento para desparecerlos?

Comentó que como tal no existe un medicamento para hacer desaparecer los mocos. Pero, de existir, solo en casos seleccionados debería utilizarse. “Existen unos fármacos llamados mucolíticos, que sirven —en teoría— para que el moco sea más fluido y, por tanto, se expulse con mayor facilidad”.

Los niños suelen expulsarlos solos. “A veces salen de las fosas nasales no por delante sino por detrás, y llegan a la garganta y de ahí al estómago. Se tragan (y esto no es malo, pero puede producir algún vómito aparatoso)”.