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Los hongos podrían hablar entre sí

Adam Adamatzky, informático del Laboratorio de Computación No Convencional de la Universidad del Oeste de Inglaterra, implantó electrodos en cuatro tipos diferentes de hongos y descubrió que parecen comunicarse internamente mediante impulsos eléctricos acerca de la comida o una lesión. Metro habló con el investigador para saber más.

P: ¿Cómo se le ocurrió la idea de estudiar la comunicación de los hongos?

- Decidí descubrir el “lenguaje” de los hongos para entender cómo se puede realizar la conectividad en las redes de micelios. En este contexto, el “lenguaje” es un espacio de reglas de máquinas de estado finito. Desde el punto de vista de la informática, todos los seres vivos son autómatas (máquinas de estado finito): adoptan un número finito de estados y su siguiente estado depende de su estado actual. El comportamiento de los autómatas puede caracterizarse mediante un lenguaje formal. Uno de mis objetivos era descubrir un lenguaje formal de autómatas fúngicos analizando la actividad eléctrica de los hongos vivos.

P: ¿Los hongos se comunican realmente?

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- La comunicación es el intercambio de información. Hay información en los picos de potencial eléctrico. Al menos, hay información de que algunos factores provocan la aparición de picos. Lo más probable es que los picos de potencial de acción eléctrica sean subproductos de las ondas de calcio. Las ondas de calcio son “utilizadas” por los hongos para mantener su integridad, por ejemplo, en el intercambio de presencia entre partes distantes del micelio, esto es análogo al aullido de los lobos (en muchas situaciones aúllan sólo para informarse de su presencia, para mantener la integridad de la manada, etc.).

También hay otra opción: no dicen nada. Las puntas del micelio en propagación están cargadas eléctricamente y, por tanto, cuando las puntas cargadas pasan por un par de electrodos diferenciales se registra un pico en la diferencia de potencial. Hasta ahora hemos estudiado 6 especies de hongos y todas ellas muestran un comportamiento oscilatorio (actividad en picos). Yo diría que lo más probable es que otras especies de hongos produzcan patrones similares.

P: Cuéntenos más sobre su descubrimiento.

- Descubrí las propiedades estadísticas de los tramos de picos y demostré que estas propiedades son similares a las de algunas lenguas humanas. Hasta ahora las únicas similitudes incluyen la longitud media del tren de picos de los hongos, que es similar a la longitud media de una palabra en inglés; las distribuciones de las longitudes de los trenes de picos y de las palabras tienen formas similares. Éstas son sólo dos de los cientos de características morfológicas y sintácticas que podrían estudiarse y compararse en el futuro.

P: En su opinión, ¿dentro de cuánto tiempo seremos capaces de entender a los hongos? ¿O hablar con ellos?

- Más o menos ya hablamos. En cierto sentido, podemos decirles a veces a los hongos estimulándolos y entonces obtenemos su respuesta: los patrones de actividad eléctrica cambian en respuesta a la estimulación eléctrica, óptica, química y mecánica.

P: ¿Qué diría a los críticos que sostienen que su “interpretación de la comunicación de los hongos como lenguaje es un tanto exagerada”?

- Sí, soy demasiado entusiasta. Especulé con la posibilidad de que hubiera cierta comunicación, pero no aporté pruebas. En cuanto a la función comunicativa de los picos, los hongos sí responden a la estimulación con picos singulares de potencial eléctrico en sus cuerpos.

P: ¿Qué le depara el futuro a su investigación?

- Estaría bien recopilar más estadísticas sobre los patrones de los picos eléctricos a lo largo de un espectro más amplio de especies de hongos y descubrir mecanismos más detallados (y razones) de los picos de potencial de acción. Y entonces veremos. Si fuéramos capaces de asignar un conjunto de estímulos físicos, químicos y ópticos a un conjunto de patrones de actividad eléctrica, utilizaríamos las redes de micelio como sensores a gran escala que nos informan sobre los estados de los ecosistemas.

LAS CLAVES

Andrew Adamatzky explicó a Metro cómo llevó a cabo la investigación:

● Inserté electrodos en un sustrato colonizado por micelio de hongos.

● Observé los potenciales de acción (picos).

● Descubrí que los picos se agrupan en trenes.

● Recogí y analicé las estadísticas de las longitudes de los trenes.

● Comparé la distribución de la longitud de los trenes de picos con la distribución de la longitud de las palabras en las lenguas humanas y encontré similitudes.

● Utilizando técnicas probabilísticas, reconstruí la sintaxis potencial del lenguaje de los hongos.

● Especulé que existen mecanismos intrínsecos universales en el lenguaje de todos los sustratos vivos.

NÚMERO

50

Palabras que puede contener el vocabulario de un hongo.

En el futuro, podríamos utilizar las redes de micelio como sensores a gran escala que nos informen sobre los estados de los ecosistemas

—  Adam Adamatzky, informático del Laboratorio de Computación No Convencional de la Universidad del Oeste de Inglaterra
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