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La curiosa nueva moda en Estados Unidos: Hacer pruebas de ADN a perros

Las realizan para saber un poco de su vida pasada y conocer la raza del peludo.

No cabe duda de que los perros se posicionan como parte de la familia en muchos hogares de Estados Unidos.

Con el paso del tiempo, estas mascotas se han convertido en un pilar en las casas, al punto de que algunos los consideran un integrante más.

Las pruebas de ADN a perros

Ahora, en Estados Unidos se ha puesto de moda realizar pruebas a los caninos.

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Abrir un kit, girar el hisopo en una solución, mezclar y esperar con mucha paciencia el resultado es un ritual cada vez más común entre las familias.

Lo cierto es que no se trata de un examen de detección de coronavirus, sino una prueba de ADN para los peludos.

La popularidad de estos tests, que surgieron hace 15 años, se ha disparado recientemente en el país de las barras y las estrellas, donde casi 40 por ciento de las familias cuentan, por lo menos, con un perro.

Aumento exponencial de pruebas

Emark Vet, fundada hace siete años y que comercializa uno de los kits más importantes en el país, sostuvo que se ha registrado un aumento de 235 por ciento entre 2019 y 2020. La pandemia del coronavirus ha incrementado esta tendencia, asegura la especialista.

Tienen un valor de 100 a 200 dólares, de acuerdo al kit. Pero en el país donde el perro se ha posicionado como la mascota número uno, su precio sube exponencialmente. Los ciudadanos estadounidenses gastaron casi 104 mil millones de dólares en sus animales en 2020, de acuerdo a la asociación estadounidense de productos para mascotas.

El proceso

Luego de realizar la muestra, se envía por mail. La espera puede durar entre dos semanas y un mes. El principal objetivo es tener clara la raza del animal.

En ocasiones cuando se adquiere un perro de pura raza se quiere estar seguro de no haber tenido un error.

Tal fue el caso de Ashley Ternyila. El pastor alemán que compró en un criadero se parecía demasiado a un lobo, por lo que “para poner fin a los rumores se le hizo un test”.

Cuando son mascotas adquiridas en refugios, se busca conocer datos de la vida pasado del nuevo miembro de la familia.

“Tener un perro significa querer saber de dónde viene, cuál es su historia”, dijo Mila Bartos, abogada que adoptó a tres perras. Ella descubrió que “Natty” era una mezcla de pitbull, beagle, chow-chow y pastor alemán, además de que tenía un primo en Baltimore. Mientras que “Maisie”, mitad labrador y con un pelaje marrón brillante, descendía de perros de exhibición.

En tanto, Levi Novey también quedó más tranquilo al ver que “Summer” no contaba con predisposicón a una enfermedad genética.

La Asociación de Veterinarios de Estados Unidos recomienda consultar a uno de sus expertos, “antes de tomar una decisión sobre la base de los resultados de estos tests”.

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