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Ante indiferencia: El fotógrafo René Robert muere congelado en las calles de París

Permaneció más de nueve horas en el piso, sin que las personas hicieran nada por ayudarlo.

Una de las críticas que frecuentemente se hace a la humanidad, es el grado de indiferencia que puede llegar a tener ante sus semejantes.

Hace unos días, en las glamurosas calles de París, se vivió un triste ejemplo de este tipo de acciones de las personas.

El fotógrafo René Robert murió congelado en París

Y es que, lamentablemente, el fotógrafo René Robert perdió la vida congelado, ante las miradas de decenas de personas que lo vieron tirado en las aceras, sin hacer lo más mínimo por ayudar.

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El suizo de 85 años falleció, luego de pasar nueve horas en el piso, tras una caída.

La muerte de Robert se produjo entre la noche del 18 y 19 de enero, momentos después de que el artista saliera a pasear cerca de la plaza de la República de la capital gala, luego de cenar en la calle Turbigo.

En un momento se desplomó y cayó inconsciente en la acera, donde permaneció hasta las 6:30 horas, hasta que un indigente llamó a una ambulancia para que ayudara al adulto mayor.

En el hospital no pudieron reanimarlo

En un estado extremadamente grave, con heridas en la cabeza e hipotermia severa, el suizo fue trasladado a urgencias, donde posteriormente perdió la vida, ya que el equipo médico del hospital Cochin no logró reaniminarlo.

“René Robert fue asesinado en plena calle en París por la indiferencia de los transeúntes. Y esta pregunta: ¿Cómo hemos llegado a olvidar la base misma de lo que hace a la humanidad? París lleno, la ciudad de la luz, bares, restaurantes. La humanidad, tan inhumana. Esta trágica muerte revela algo horrible sobre nuestra solidaridad con el prójimo. Descansa en paz, querido amigo”, publicó Michel Mompontet en su cuenta de Twitter, acompañado de un editorial televisivo dedicado a su memoria.

¿Quién fue René Robert?

El fotógrafo nació en 1936, en Friburgo, Suiza. Comenzó su carrera en la fotografía en el ámbito de la publicidad y la moda, hasta alcanzar la fama con sus retratos del mundo del flamenco.

En su obra, le gustaba destacar la “rabia o la gracia” en los rostros de los bailarines.

De acuerdo a una semblanza firmada por su amigo Mompontet en la revista española “De Flamenco”, resalta que sus imágenes “siempre en blanco y negro, inspiradas y espléndidas, ocupan desde hace más de medio siglo una posición en el gran libro de las fotos de la historia del arte del flamenco”.

También recordó que fue suyo el retrato que sirvió de cartel para los conciertos de Camarón, en 1986 y 1987, en París, así como otros muchos emblemáticos de Paco de Lucía, Agujetas, El Chocolate, Chano Lobato, Fernande de Utrera, El Torta, La Susi, La Yerbabuena o Aurora Vargas.

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