Para muchos es algo conocido, para otros es un secreto a voces, mientras que algunos tantos han demandado el manejo de la información en las redes sociales, especialmente en Facebook.

Lo cierto es que esta aplicación, que preside Mark Zuckerberg, ha ganado tanto terreno que todo lo que se publique o deje de publicar en ella puede generar un impacto inimaginable en la sociedad.

El caso de la activista de Free Press

Fue en octubre del año pasado, cuando las teorías de la conspiración electoral amenazaron con sembrar un clima de pánico en todo Estados Unidos. En ese momento, Jessica González intentaba que una de las empresas más grandes de la actualidad escuchara su voz.

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Después de meses de buscar entrar en su agenda, la coeditora ejecutiva del grupo de defensa de los medios, Free Pres, logró tener una reunión con algunos de los empleados de la red social, los cuales eran los responsables de hacer cumplir los estándares comunitarios de la plataforma.

El problema que se pensaba tratar era la propagación errónea viral entre los usuarios latinos e hispanos de Facebook.

Inundan las fake news

Y es que, en todo el país hubo una serie de anuncios, spots y mensajes con mentiras y verdades a medias. Se podían apreciar tanto en inglés como en español, dirigidos a las comunidades latinas locales.

Lo más preocupante es que la información errónea reflejaba lo que estaba viendo el resto del país: propaganda sobre el envío de boletas por correo y los vigilantes Antifa o teorías de conspiración sobre el estado profundo y el coronavirus.

En otras ocasiones se inclinó hacia preocupaciones más específicas de los latinos como comparaciones del entonces candidato Joe Biden con dictadores de América Latina, hasta afirmar que los activistas de Black Lives Matter recurrían a la brujería.

Gran parte de las noticias falsas, conocidas como fake news, se difundieron en las redes sociales, a través de YouTube, Twitter y Facebook, WhatsApp e Instagram; las tres últimas pertenecen a la misma empresa, que hace algunos días fue bautizada como Meta.

“El mismo tipo de temas que aparecían en inglés también aparecían en español. Pero en inglés, o los estaban marcando o bajando por completo, y en español los dejaban publicados; o si los quitaban, tomaría días y días eliminarlos”, dijo Pérez.

Lo malo y desconcertante para la activista es que salió de la reunión sin las respuestas que hubiera deseado.

“Teníamos muchas preguntas específicas que no respondieron por completo”, dijo. “Por ejemplo, les preguntamos, ¿quién está a cargo de garantizar la integridad de la moderación del contenido en español? No nos dirían la respuesta a eso, ni siquiera si esa persona existiera. Preguntamos: ¿cuántos moderadores de contenido tienes en español? Se negaron a (responder) esa pregunta. ¿Cuántas personas que moderan el contenido en español residen en EEUU? ... Sin respuesta”.

“Nos conocimos constantemente de la misma manera que conocen a otros grupos que están trabajando en desinformación o discursos de odio: Con un montón de promesas vacías y falta de detalles”, relató.

Cerca de 20 grupos notaron las fake news en Facebook

De hecho, Free Press no fue el único que descubrió que Facebook era un socio menos que ideal en la lucha contra la desinformación centrada en los latinos y en español.

Días después de las votaciones presidenciales que ganó Biden, 20 grupos de defensa, muchos centrados en latinos, enviaron una carta a Zuckerberg criticando la “inacción y habilitación de su empresa en la selección, manipulación y privación del derecho al voto de los usuarios latinos” durante las elecciones, a pesar de “repetidos esfuerzos” de los signatarios para alertarlo de sus preocupaciones.

“Facebook no ha sido transparente en absoluto”, indicó Jacobo Licona, investigador de desinformación del grupo de participación de votantes latinos Equis Labs. “No ha cooperado con los legisladores ni con las organizaciones que sirven a los latinos que trabajan en la desinformación”, sostuvo.