El tema del coronavirus comienza a tornarse político en Estados Unidos.
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Tal como lo dijo en su carrera a la Casa Blanca, el presidente Joe Biden ha posicionado la pandemia en su territorio en lo más alto de la agenda.
Biden pide que los trabajadores de empresas privadas se vacunen
De hecho, el mandatario sostuvo hace algunos días que la mayoría de los trabajadores de empresas privadas a vacunarse o presentar semana a semana resultados negativos de exámenes de coronavirus.
Sin embargo, la idea no cayó bien en todos los sectores; sobre todo, en los principales opositores.
Abbott, en contra de que empresas pidan vacunación
De esta forma, el gobernador de Texas, Greg Abbott, firmó una orden ejecutiva que sostiene que ninguna firma o negocio de su estado puede pedir a sus empleados que se vacunen contra el SARS-CoV-2.
El proceso supone un desafío a lo establecido por el presidente Biden.
Aunque la medida del líder de los demócratas todavía se encuentra en desarrollo y aún no entra en vigor, su anuncio desató la molestia de los líderes del Partido Republicano, entre los que se encuentran Abbott.
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Como consecuencia, el gobernador de Texas firmó una orden ejecutiva, la cual prohíbe que “cualquier entidad” de la delimitación, incluidas empresas privadas, obligue a sus trabajadores a inmunizarse.
Pero es no es todo. Abbott pidió al parlamento estatal, dominado por los republicanos, que apruebe una ley en ese mismo sentido.
Tambien con orden para escuelas y autoridades locales
El gobernador ya había firmado hace algunas semanas otra orden ejecutiva que prohíbe a las escuelas y autoridades locales pedir pruebas de sus inyecciones contra el coronavirus a los maestros, estudiantes o funcionarios. La sentencia ya fue desafiada en los tribunales por el distrito escolar de San Antonio.
Greg Abbott se vacunó contra el COVID-19 enfrente de las cámaras de TV y solicitó a sus ciudadanos que hagan lo mismo. Sin embargo, en los últimos meses, ha mantenido una lucha sin cuartel contra las normas de distritos escolares que establecen el uso de mascarillas o requieran exámenes de vacunación.
En cambio, la normativa que anunció el presidente de Estados Unidos, en septiembre pasado, aún es redactada por el Departamento de Trabajo y no se conoce cuándo será presentada de manera oficial.
Lo cierto es que se prevé que afecte a cerca de 80 millones de trabajadores, más de dos tercios de la fuerza laboral del país de Norteamérica.