Parece que la búsqueda de Donald Trump de regresar a la Casa Blanca va en serio.
Aún no cumple dos meses de que dejó la presidencia para ser sustituido por Joe Biden, y el magnate ya piensa la manera de recuperar el poder.
No cabe duda de que el empresario se ha fortalecido en los últimos días, desde que fue absuelto en su segundo juicio político.
Vale la pena recordar que el exmandatario fue el primero que enfrenta dos impeachments. En el segundo fue señalado por llamar a la insurrección para el ataque del Capitolio, previo a la confirmación de la victoria de Biden.
Sin embargo, en la Cámara Alta no se alcanzaron los dos tercios necesarios para condenarlo, por lo que volvió a salir bien librado.
Dejará fuera a Mike Pence
Entonces, Trump reapareció en la escena pública, y aseguró que su movimiento apenas comienza.
Ahora, el expresidente confirmó que mantiene la idea de postularse para las elecciones presidenciales de 2024.
Sin embargo, los problemas que tuvo al final de su mandato traerían consecuencias. Y es que, dentro de los cambios que considera se encuentra ir a las elecciones con un nuevo compañero de fórmula que no sea Mike Pence.
De acuerdo a información de Bloomberg que cita a múltiples personas familiarizadas con el entorno del magnate, Trump se encuentra valorando alternativas para un nuevo vicepresidente.
Lo anterior se debe a que Pence lo respaldó a lo largo de su mandato, pero tuvieron muchas fricciones en el último periodo.
La gente cercana del exmandatario ve viable la posibilidad de elegir a un afroamericano o una mujer como nuevo compañero de fórmula del magnate, lo que le daría fuerza con diferentes sectores de la población.
Según Bloomberg, el exvicepresidente Pence ya no tendría lugar en el equipo de trabajo de Trump, con miras a las elecciones de 2024.
Su relación se desgastó al final
El que fue durante cuatro años la mano derecha del polémico millonario, tuvo un valor fundamental en su administración. Rara vez dejó ver que había alguna fricción o diferencia de opinión entre ambos.
Sin embargo, la relación comenzó a tener problemas y a desgastarse en el lapso final de la presidencia de Donald Trump.
Y es que Pence no accedió a las peticiones del expresidente para revertir el triunfo en las urnas de Joe Biden, del pasado 20 de noviembre.
Cabe recordar que el empresario nunca reconoció la victoria del demócrata e, incluso, en sus últimas apariciones continúa con el discurso de que fue víctima de un fraude y robo electoral. Sin embargo, hasta ahora no ha presentado pruebas contundentes que respalden sus argumentos.
Las tensiones entre Donald Trump y Mike Pence subieron de todo el 6 de enero, minutos antes de la ceremonia de confirmación de Biden en el Capitolio.
El entonces vicepresidente reconoció, mediante un comunicado, que no podía “asumir una autoridad unilateral para determinar qué votos electorales debían contarse y cuáles no”.
Fiel a su costumbre, el expresidente no demoró en contestar, y consideró que Pence “no tuvo el coraje de hacer lo necesario para respaldarlo en el fraude electoral del que fue víctima”.
En el Capitolio iban por Pence
De hecho, los videos del asalto al Capitolio, por parte de los seguidores del exmandatario, dejaron ver que un sector no simpatizaba con el exvicepresidente.
En algunas de las grabaciones se pueden escuchar los gritos a coro de: “¡Entreguen a Pence, entreguen a Pence, entreguen a Pence!”, por parte de los agresores.
La irrupción a la sede de las Cámaras tuvo fatales consecuencias, al ocasionar la muerte de cinco personas, entre ellas un policía.
El pasado 28 de febrero, Trump se mostró seguro de que volverá a vencer los demócratas en las elecciones.
“Nuestro movimiento de patriotas estadounidenses, orgullosos y trabajadores recién está comenzando, y al final ganaremos”, dijo, en un discurso en la Conferencia de Acción Política Conservadora en Orlando, Florida.