Mayra Alejandra Margffoy, especial desde Barcelona
La tarde tranquila de verano se transformó en un ruido interminable de sirenas y desconcierto. Los Mossos D’Esquadra, la Policía autonómica de Cataluña, y ambulancias se replegaron hacia el centro de la ciudad como si se tratara de un accidente de tránsito grave. Sin embargo, sucedió lo peor: una furgoneta de llevó a su paso todo lo que encontró desde el inicio de la zona peatonal de Las Ramblas, a la altura de la emblemática Plaza Cataluña, hasta la Plaza de la Boquería.
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Fueron casi 530 metros en los que se quiso sembrar terror. Un día de caminata pasó de la vida al dolor, como si la primera se pudiera reclamar como un botín de victoria y la segunda, como excusa para generar repudio hacia los migrantes y los propios turistas (a quienes grupos de extremas le han declarado la guerra por su condición masiva y destructiva para la ciudad).
Quienes han visitado Barcelona o la han visto en los programas de viajes saben que caminar por Las Ramblas es adentrarse en uno de los corredores peatonales más famosos del mundo. El número de personas que la transitan diariamente puede superar las 300.000 en un día. De todos ellos, hoy resultaron más de cien heridos y perdieron la vida 13. 13 amigos, hijos, hermanos, amores.
Pero, ese terror no logró apoderarse de la ciudad del todo. La fraternidad brota, así como las expresiones de cariño y soporte en la redes sociales, en cada llamada de amigos que preguntan si quienes estamos en Barcelona nos encontramos a salvo.
https://twitter.com/andreagd3_/status/898305668439920640
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Hay bancos de sangre llenos en los hospitales, donde los ciudadanos se volcaron para donar. Los taxistas y los conductores de vehículos turismo con conductor (VTC) ofrecen carreras gratuitas para ayudar a evacuar a todos los turistas y personas afectadas que no pueden permanecer en la zona acordonada del atentado. Los hoteles dispusieron de acomodación sin costo para quienes lo necesiten. Todas estas son muestras de cómo el amor todo lo puede, el suficiente para confrontar la provocación del terror.
https://twitter.com/CAT_Sensata/status/898226169534984192
Esta violencia extrema puede generar el efecto contrario de lo que buscan los yihadistas. Mientras ellos quieren exacerbar el odio y generar un gran impacto sicológico en las ciudades, terminan fomentando la solidaridad y la humanidad. En esta época de tensa calma, de sentimientos encontrados por extremismos y sentimientos nacionalistas, queda aun esa esperanza de que unidos se puede contener al miedo sin importar qué idioma se hable o dónde se haya nacido.
La sombra yihadista
Desde los ataques del 11-M en Madrid, ocurridos en 2004, ocho países europeos han sufrido atentados con víctimas mortales, reclamados por ISIS. Más de 600 muertos han dejado los hechos, entre los que se recuerdan los atropellos masivos en Niza y Berlín. Aunque España mantiene su nivel de alto riesgo (4 sobre 5) desde el junio de 2015, este no ha resultado suficiente para contrarrestar la radicalización a través de planes de acción integral locales que incluyan a los ciudadanos, sean nacionales o migrantes.
De los operativos de la tarde, las autoridades lograron capturar a dos implicados con el ataque con la furgoneta. También se contuvo a un conductor de nacionalidad española que se saltó un control policial y atropelló a varios agentes. Pero, este hecho no se ha relacionado con los atentados. Ahora empiezan a conocerse las historias de las víctimas, mientras el silencio reina con la noche en Barcelona.
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