Los Pumas de la UNAM están pasando uno de sus peores momentos deportivos, luego de que fueron subcampeones del Torneo Guard1anes 2021.
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La pandemia por coronavirus obligó a los universitarios a hacer movimientos en su plantilla, pues el equipo está atravesando una crisis financiera.
¡Subcampeonitis! Pumas de la UNAM, cerca de ser el último lugar de la tabla
Por ello, Carlos González, delantero estelar del club, fue vendido a los Tigres por una cantidad cercana a los cinco millones de dólares.
Además, el canterano Andrés Iniestra tuvo que partir del conjunto auriazul, así como Alejandro Mayorga, quien llegó cedido de las Chivas del Guadalajara.
Todo esto, aunado al poco tiempo de pretemporada, le está cobrando factura el equipo de la UNAM, por lo que hoy marcha en el puesto 16 de la tabla general, sólo por tres puntos arriba del sotanero del campeonato.
Además, los felinos acumulan tres goles a favor, mientras que han permitido cinco en su marco.
La pobre capacidad goleadora se deriva de la venta de González; además, Juan Ignacio Dineno se lesionó en la Jornada 2, y durante cinco partidos Andrés Lillini tuvo que echar mano de sus jugadores de cantera.
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Pumas arrastra una mala racha de siete duelos sin anotar; de hecho, la última vez que hizo un gol fue ante el Mazatlán FC, cuando lo derrotó por 3-0.
A partir de ese momento, los Pumas de la UNAM no han podido hacerse presentes en el marco rival, una situación que tiene preocupado a Lillini, quien por más que mueve sus piezas no encuentra solución a los problemas que aqueja el equipo.
“Me deja mal, de las peores, porque todo se vuelve más complicado, se acorta y tienes menos tiempo. Difícil de asimilar, porque los recursos que tenemos no nos alcanzan. Pagamos caro cada error y las explicaciones sobran, son acciones.
“Se atribuye a que hay jugadores que tienen que hacerse cargo de las situaciones y están bajos de nivel. El entrenador, que soy yo, elijo mal el 11. Hay un costo físico de no haber hecho pretemporada. A las bajas no porque no están y a llorar a otro lado”.
Pero el mal paso no sólo es culpa de los jugadores y staff técnico. Y es que, la directiva no reforzó las bajas que el conjunto universitario sufrió.
De hecho, los Pumas sólo contrataron al panameño Gabriel Torres, atacante de 32 años, que en tres juegos con la playera de los Pumas ha podido hacer poco.
La idea de los altos mandos es darle juego a la cantera; sin embargo, con siete partidos disputados, el rendimiento está siendo pobre, por lo que los focos rojos han comenzado a encenderse.
El conjunto auriazul ha echado mano de jugadores jóvenes como Erik Lira, Amaury García, Carlos Gutiérrez, Bryan Mendoza, Jerónimo Rodríguez, Jesús Rivas, Emanuel Montejano, entre otros, con los que suma un promedio por debajo de los 21 años de edad.
Las carencias del equipo comienzan a ser visibles, por lo que Lillini buscará cambiar el planteamiento y rescatar a los universitarios de una temporada que podría ser trágica.
“Es confianza, la hemos perdido, de tener el balón, de quererlo. Antes se tapaban las desatenciones del equipo, las contrarrestábamos con llegadas continuas y hoy nos cuesta mucho estar en el área. El equipo sigue teniendo actitud y entrega. Tenemos juventud y es lo que asumimos en este torneo, en el inicio, pero nos cuesta mucho.