En algún momento de la vida, cada ser humano en este mundo ha sentido sentimiento por desear tener lo que posee otra persona, como por ejemplo objetos materiales, aspecto físico, reconocimiento o estatus social, trabajo, pareja, amigos, habilidade, entre otro. A eso se le puede definir como envidia.
Expertos aseguran que no es grave que haga acto de presencia y es imposible que se evite a lo largo de la vida, sin embargo, la cosa se complica cuando es continua e incontrolable. Aunque no lo creas, bien gestionada la envidia puede ser útil para desarrollar y a conseguir objetivos.
Características de la envidia
- Sarcasmo: Es una de las manifestaciones más comunes de la envidia y se define como un tipo de burla en el que se dice una cosa para dar a entender lo opuesto o algo diferente. Son mensajes con doble sentido. Las palabras dicen algo, pero el sentido que se les quiere dar es otro.
- El disparo directo: Es característico de las personas envidiosas que no utilizan filtro para emitir sus mensajes. La supuesta sinceridad se convierte en agresión y grosería.
- El sadismo dulce: Casi siempre son personas amables que se muestran atentas y afables, mientras hacen algo que termina entorpeciendo los planes o poniendo obstáculos en el camino hacia el logro de tus objetivos. Sin embargo, en su defensa siempre esgrimen que no fue intencionado.
- Solidaridad mezquina: Esta es una de las manifestaciones de envidia más frecuentes y la que hace mucho daño. Corresponde a personas entrometidas, que buscan conocer las intimidades o asuntos personales de los demás. Con la información que consiguen, arman enredos que pueden generar mucha confusión en el entorno.
- El que se compara: Siempre se comparan con los demás y necesitan superar a todo el mundo por contraste. Dicen cosas como: “Supe que tuviste un problema con tu novio, qué pena. Yo jamás tengo problemas con el mío”.
