Una y otra vez, la investigación ha encontrado que la clave para una vida feliz y exitosa es crear relaciones profundas. Esto requiere buenas habilidades de comunicación. Desafortunadamente, muchos de nosotros no somos buenos en eso. Nuestro valor predeterminado siempre es preguntar: ″ ¿Cómo estás?”
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Una instigadora de la felicidad y fundadora de The New Happy, descubrió que estas palabras, aunque bien intencionadas, solo conducen a conversaciones sin sentido.
Para obtener una respuesta genuina e ir más allá de una pequeña charla, haga estas ocho preguntas en su lugar:
1. “¿Cómo estás, realmente?”
Puede transformar fácilmente las conversaciones agregando una simple palabra: “realmente”. Indica que quieres ir más allá de las bromas.
2. “¿Cómo estás ahora mismo?”
Otra forma de modificar “¿Cómo estás?” es reducir el enfoque de la pregunta al momento presente.
Úselo cuando desee conectarse con alguien que está atravesando desafíos importantes o prolongados, como una pérdida, una enfermedad, el desempleo o una ruptura.
3. “¿Qué ha estado en tu mente últimamente?”
A algunas personas les resulta más fácil compartir pensamientos que compartir sentimientos. Y, a menudo, lo que le digan sobre sus pensamientos también le dará una idea de sus sentimientos.
Mientras escucha, ofrezca apoyo y validación con frases como “Eso suena como una situación difícil” o “¿Cómo te hizo sentir eso?”
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4. “Si fueras completamente honesto conmigo, ¿cómo describirías tus sentimientos últimamente?”
La primera parte de esta pregunta es poderosa. Le estás dando a alguien permiso explícito para compartir cómo se siente y hacerlo de una manera que lo haga sentir seguro.
También puede cambiar la segunda parte de la pregunta para preguntar sobre temas más específicos. Con un compañero de trabajo, por ejemplo: “Si fueras completamente honesto conmigo, ¿cómo crees que va este proyecto hasta ahora?”
O con tu pareja: “Si fueras completamente honesto conmigo, ¿qué es lo que te gustaría que hiciera diferente en nuestra relación?”
5. “¿Qué se siente bien y qué se siente difícil?”
El problema con “¿Cómo estás?” es que fomenta las respuestas de una sola nota: “Estoy bien”, “Estoy bien” o “¡Estoy bien, gracias!”
Pero no es así como los humanos experimentan la vida. Tenemos más de un sentimiento a la vez. Evaluamos las situaciones desde diferentes perspectivas. Vemos lo que es positivo y lo que es desafiante al mismo tiempo.
6. “¿Qué palabra usarías para describir tu vida en este momento?”
A veces, destilar sus experiencias en una sola palabra puede generar ideas profundas. Cuando haces esta pregunta, le estás dando a alguien una nueva forma de entender por lo que está pasando.
Una vez que compartan su palabra, use preguntas de seguimiento para aprender más, como “¿Qué te hizo elegir esta palabra?” o “¿Con qué más asocias esta palabra?”
7. “La última vez que hablamos, estabas lidiando con [problema X]. ¿Cómo te ha ido últimamente?”
Al hacer un seguimiento de algo que una persona mencionó en el pasado, le estás diciendo: “Te veo y me importas”.
Podrías preguntar sobre:
- Un problema inesperado en su vida.
- Una transición por la que estaban navegando
- Un objetivo desafiante que perseguían
- Un problema de relación con un socio, familiar, amigo, gerente o colega
8. “¿Qué pregunta te gustaría que alguien te hiciera en este momento?”
La persona con la que estás hablando podría estar deseando decir algo, pero no saber cómo abordar el tema. Cuando les pides que elijan su pregunta, les estás dando el espacio para hablar sobre lo que realmente está pasando.
Una vez que hayan compartido la pregunta que les gustaría que se les hiciera, su único trabajo es repetirla y luego prestarles toda su atención.