Loni James, de 40 años, se montó en un avión de Washington a Londres en 2022. Su objetivo era conocer y tener una cita con un local en cada país que pisara. Segundos después de su llegada a Londres, empezó su búsqueda en Tinder. La cena con el chico se convirtió en una conversación de cinco horas y mucho vino. Sin embargo, nunca más lo vio, y así comenzó su historia.
Loni en Tinder, Hinge y Bumble
James ha utilizado Tinder, Hinge y Bumble para sus 34 primeras citas en 19 países y convivir con diferentes personas de culturas distintas. Llegando a El Cairo tuvo una cita con un musulmán que la conquistó con su sonrisa y después su próxima cita fue en Alejandría con un chico comprometido.
“Claramente necesitaba a alguien que lo escuchara y yo era un espacio seguro”, dice James. “He tenido conversaciones increíblemente íntimas y vulnerables con la gente. Hay algo especial que sucede cuando las personas saben que nunca te volverán a ver”.
Malas experiencias y buenas en las citas
Aunque ha tenido increíbles primeras citas, también ha aprendido de las malas experiencias.
“En el pasado, veía las citas como un éxito o un fracaso. Si salía con alguien en una cita y no terminaba en un beso de buenas noches, o no terminaba en la segunda cita, lo consideraba un fracaso”, dice.
“Ya no pienso en eso. Ahora me doy cuenta del valor de tener una cita y estar tan agradecida de que alguien se abrió y te dio su tiempo y compartió su historia contigo”.
Diferentes formas del romance
“He aprendido que el romance se presenta de muchas formas”, agregó. “No tiene que ser caro y no hay una fórmula determinada que haga que el romance suceda. Para mí, es cuando hay conexión e intencionalidad. Es la persona que te escucha, la que busca hacerte sentir especial, la que quiere sacarte una sonrisa con un gesto considerado y la persona que quiere saber lo que piensas y busca conocerte de verdad”.