Zoom se ha convertido sin duda en una de las aplicaciones más populares y utilizadas en la pandemia de COVID-19. Durante los cierres impuestos en todo el mundo para evitar la propagación del nuevo coronavirus, muchas personas eligieron este servicio en lugar de otras opciones, lo que permitió a la empresa generar 2.600 millones de dólares en ingresos en 2020, un aumento interanual del 317%.
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Durante la primera ola de la pandemia de COVID-19, Zoom registró más de 300 millones de usuarios en todo el mundo y muchos de ellos siguen disfrutando del servicio. Sin embargo, el uso excesivo de esta herramienta ha generado la llamada fatiga de Zoom.
«Podemos considerar la fatiga de Zoom como el cansancio adicional que experimentamos como resultado de reunirnos con la gente virtualmente. Una reunión de tres horas con personas en persona puede ser agotadora, una hora con Zoom puede agotarnos», explica a Metro Andrew Hines, director de investigación, innovación e impacto de la Escuela de Informática del University College de Dublín (Irlanda).
Puede que no lo hayas notado, pero es posible que tú también experimentes la fatiga del Zoom. Varios estudios han investigado este fenómeno. Uno de ellos fue realizado por la Universidad de Stanford. En él se identificaron los factores que pueden provocar la fatiga.

«Actualmente el medio está diseñado para permitir varias formas de agotamiento y fatiga: social, emocional y física. Hay cuatro causas: una mirada excesiva, verse reflejado durante muchas horas al día, estar atado a un lugar físico durante largos períodos y una mayor dificultad para interpretar las señales no verbales. Pero estos factores pueden mitigarse con prácticas en casa y con los cambios que, esperamos, pronto introducirá la interfaz», explica a Metro Jeremy Bailenson, director fundador del Laboratorio de Interacción Humana Virtual de la Universidad de Stanford.
Estos factores pueden producirse durante las videoconferencias que celebramos regularmente desde hace un año y causar molestias.
«La carga cognitiva o el esfuerzo mental es la forma en que describimos el poder cerebral que necesitamos utilizar para una actividad. El zoom aumenta el esfuerzo para nuestros sentidos: ver y escuchar. También hace que nos concentremos más durante más tiempo. Si alguna vez has oído que el ventilador de tu portátil se vuelve loco porque tienes demasiados programas en marcha, entonces has visto el equivalente a la fatiga mental que provoca la fatiga física», concluye Hines.
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«La fatiga del zoom es el agotamiento que experimentamos por los aspectos no naturales del videochat».<br>Andrew Hines, director de investigación, innovación e impacto de la Escuela de Informática del University College de Dublín.
3,3 billones
es el número de minutos de reuniones anuales de Zoom.
¿Cómo evitar la fatiga de Zoom?
Andrew Hines lo explicó a Metro:
-Cambiar los horarios. Estamos acostumbrados a movernos entre reuniones o a tener que viajar para asistir a ellas. Así que no programes las reuniones de Zoom una detrás de otra y asegúrate de que hay tiempo para dar un paseo y hacer estiramientos entre las reuniones.
-Evita las distracciones. Pon el Zoom en modo altavoz y céntrate en la persona que está hablando, no en tu cara ni en la de los demás.
-Sonido. Desde el punto de vista del audio y la acústica, comprar unos auriculares cómodos es una solución fácil, pero hacer que el entorno para escuchar suene mejor es algo que sólo pueden arreglar las personas con las que hablas.
-Conexión. Podemos hacer algunas cosas para minimizar el impacto negativo de la tecnología en nuestras llamadas. Aparte del equipo y el entorno, aprovechar al máximo nuestra conectividad a Internet es una solución sencilla. Asegúrate de tener una conexión por cable o una señal Wi-Fi potente acercándote al router o acercando el router a ti.
-Reglas. Tener reuniones más cortas, agendas estructuradas y acordar comportamientos (levantar la mano para hablar, cuando silenciamos/desilenciamos nuestros micrófonos o encendemos el vídeo) puede reducir la fatiga mental de todos.
-Concentración. Con el software de videoconferencia, la tecnología permite verse a uno mismo y esto puede distraer. Nos hace pensar en tres cosas a la vez: en lo que estamos diciendo, en la reacción de nuestro público y en el aspecto de nuestra propia cara mientras hablamos. Puedes reducir la tentación de hacerlo utilizando la opción de «ocultar la vista de uno mismo».
ENTREVISTA
Jeremy Bailenson
director fundador del Laboratorio de Interacción Humana Virtual de la Universidad de Stanford
P: ¿Qué le llevó a estudiar la fatiga de Zoom?
- El pasado mes de marzo, a la semana de estar refugiado en el lugar, estaba hablando con una reportera de la BBC y tuve un «momento aha». Me había pedido un presupuesto y había programado una llamada de Zoom. A los 10 minutos de la llamada me di cuenta de que no había razón para usar el vídeo. Al terminar la llamada, escribí inmediatamente un artículo de opinión sobre la fatiga del Zoom que se publicó unos días después en el WSJ.
P: ¿Qué consecuencias puede tener la fatiga del Zoom?
- Una de las cosas que me preocupan es que el medio está cambiando la forma en que nos comunicamos. Piense en los sentimientos exagerados y en mantener el pulgar hacia arriba. ¿Cuánto tiempo pasará hasta que se conviertan en herramientas que utilizamos en la interacción diaria cara a cara?
P: ¿Cómo evitarlo?
- Hay algunas medidas que se pueden tomar ahora mismo para ayudar a combatir la fatiga. En primer lugar, haz clic con el botón derecho del ratón en tu autovídeo y selecciona «ocultar autovídeo». Tardarás unos días en acostumbrarte a ello -todos nos hemos acostumbrado a la comprobación y el equilibrio de la retroalimentación no verbal en tiempo real-, pero con el tiempo te sentirás mejor. En segundo lugar, recuerda que los jefes pueden elegir la frecuencia con la que quieren utilizar el Zoom frente a la llamada, y si el vídeo está activado o desactivado. Los empleados no tienen el mismo lujo y a menudo se ven obligados a pasar más tiempo en el centro de atención. Como gerente, no me di cuenta de esto hasta que mis colegas me lo hicieron ver. Por último, en cuanto a la recepción, mi mejor consejo es reducir la pantalla de Zoom. En lugar de que ocupe toda la pantalla, minimízala a un tercio de la misma. Así, las caras ya no son enormes cuando te miran fijamente.