Aunque en muchos países usar una bolsa plástica parece ser ya algo innecesario, en otros no es hasta ahora que se comienzan a implementar políticas para prohibirlas y privilegiar las bolsas reusables. A quienes les molestan estas políticas públicas deberían saber que hasta 2015, los seres humanos produjeron 8.300 millones de toneladas de plástico y que solo el 9 % fue reciclado, según el último estudio hecho por las universidades de Georgia, California y la Asociación de Educación del Mar de Estados Unidos.
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Si los números le parecen muy abstractos, le ayudamos a visualizarlo: todo ese tonelaje de plástico es equivalente al peso de 822 mil Torres Eiffel, 25 mil Empire State, mil elefantes u 80 millones de ballenas azules. Si mantenemos el mismo ritmo, esas 8.300 millones de toneladas de plástico pueden alcanzar 12.000 millones. ¿Y dónde estará todo ese plástico? En vertederos y al final, en la naturaleza. Especies terrestres y marinas están en peligro por ingerir y quedar atrapados dentro de los productos con polímeros. También por estar expuestos a las bacterias que vienen con ellos al degradarse. De hecho, la cifra del plástico en el mar es escalofriante: para 2012 se estimó que 165 millones de toneladas de plástico estaban en los océanos.

Pequeños cambios
Las medidas gubernamentales quizás llegaron tarde para un problema que rebasa espacios, capacidades y decisiones. Pero por lo menos, es un comienzo. La ONU le “declaró la guerra” a la polución plástica este año. gobiernos como el de Estados Unidos, Canadá (el pionero en proteger sus áreas marinas) , Chile y Colombia, entre otros, han adoptado medidas para prohibir bolsas plásticas. Gobiernos como el de Indonesia invierten mil millones de dólares al año para reducir la polución plástica de sus aguas. Y claramente, las acciones para tomar conciencia son muchas: desde lo que se ha hecho simbólicamente con la UNESCO hasta lo que ha hecho Greenpeace. Sin embargo, la organización considera que falta mucho para lograr un cambio radical en la lucha contra la polución plástica. “ Tenemos campañas en distintos lugares del mundo y eso ha logrado que muchos comercios hayan eliminado los microplásticos de sus productos de limpieza y cosmética. En otros hemos intercedido para que se dejen de usar las bolsas plásticas y otros productos que se usan sola una vez, pero el desafío viene precisamente de ahí también: de las cadenas comerciales que se resisten a tomar medidas contra la polución plástica. Por eso considero necesaria la intervención de los estados para reglamentar su uso”, explicó a Metro Hernán Nadal, director de comunicaciones de Greenpeace Andino. “Ante el futuro estamos preocupados, pero a la vez estamos optimistas: uno, por la cantidad de plástico que se genera y usa todos los días, pero también por los cambios que se están generando. Pero estos deben ser más rápidos y venir de la
sociedad civil”, enfatiza.

De hecho, hay proyectos como los de Beth Terry —famosa por su blog “My Plastic Free Life”— o iniciativas como “Plastic Pollution Coallition” que quieren visibilizar y a la vez trazar rutas de acción sobre el problema. Además, varias fundaciones también han involucrado a corporaciones y multinacionales en costumbres que ya no parece tan inofensivas como consumir cualquier producto en un envase plástico. The New Plastics Economy, de la Fundación Ellen MacArthur, lidera una de estas iniciativas. Metro los contactó para explorar cómo concreta sus acciones ante este problema ambiental.
Q&A
Sander Defruyt, Mánager de Proyecto en la iniciativa de la Fundación EllenMacArthur, New Plastics Economy.
¿Cuáles han sido las principales acciones de la iniciativa a través de los años para reducir la polución plástica?Si queremos reducir la polución plástica, tenemos que hacer algo mejor que limpiar. Tenemos que mirar la raíz, y fundamentalmente repensar que la manera en que hacemos, usamos y reusamos el plástico no se convierta en basura. De eso se trata esta iniciativa. Trabajamos con negocios, gente que planea políticas públicas, ONGS, y otros actores sociales para construir una economía circular de los plásticos, en los que estos están diseñados para ser un recurso
valioso para la economía.
¿Cuáles son las innovaciones que han apoyado a nivel mundial?
Nuestra iniciativa ha enfocado su trabajo en el 30 % de los empaques plásticos que ya no pueden ser reciclados, reusados o biodegradados de forma segura y no tienen un destino claro más que un relleno o peor aún, el medio ambiente. En mayo de este año lanzamos el premio de dos millones de dólares llamado New Plastics Economy Innovation Prize, que convoca a innovadores, diseñadores, científicos y emprendedores para hallar mejores materiales y productos ingeniosos, así como nuevos modelos de negocio que mantengan los plásticos en la economía y fuera del océano. Asimismo, en nuestra conferencia “Nuestro Océano” en Malta hemos anunciado los ganadores de nuestro premio de un millón de dólares llamado “Circular Design Challenge”. Este hace parte del premio inicial y premia soluciones innovadoras que le dan calidad de vida a la gente sin necesidad de generar desperdicios plásticos.
¿Cuáles han sido los principales logros de la iniciativa en la sociedad?
Ha contribuido significativamente a entender las realidades del sistema de los plásticos, entendiendo que solo el 14 % de ellos, cada año, es reciclado, el 32 % termina siendo polución y si nada cambia, habrá más plástico que peces en el océano en 2050. Nuestra iniciativa ha trabajado para estimular la innovación y colaboración por un sistema que funciona, alineado con los principios de la economía circular. Esto, en consonancia con aproximadamente 40 organizaciones para repensar el futuro de los plásticos. Esto ha llevado a un plan que pasó de mover de un 14 % a un 70 % de reuso y reciclaje de empaques plásticos. Esto también ha sido apoyado por más de 40 CEOS y ejecutivos. También tenemos nuestro premio y seis compañías participantes.
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¿Cómo trabajan las corporaciones que participan en la iniciativa?
Un gran ejemplo son los compromisos hechos en la conferencia “Nuestro Océano” en Malta, en este año. Las corporaciones se comprometieron que para 2025 sus envases plásticos serían 100 % reusables. Este fue un gran paso para la economía circular del plástico y así muestran a la industria cómo seguir sus pasos. También quieren incrementar la demanda de materiales reciclados.
¿Cuáles son sus objetivos en el futuro?
Reconciliar los plásticos y sus beneficios con un sistema a largo plazo que evite que perdamos el valor de este material y produzca polución. Necesitamos crear un momento constante donde esta economía sea imprescindible y establecer un Protocolo Global de Plástico para su diseño y reaprovechamiento.

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Iniciativas contra el plástico
Sailors for the Sea
Están en Estados Unidos, Japón, Portugal y Chile. Se dedican a preservar áreas marinas de la polución plástica. Para el año pasado tenían 1’300 mil miembros en su asociación y a través de distintas actividades y auspiciadores planean limpiar el océano y crear conciencia sobre la polución plástica.
Plastic Ocean Project
También se dedican a limpiar el océano y a enseñar sobre los efectos nocivos de la polución plástica. Tienen iniciativas como llevar tecnología a poblaciones costeras y vulnerables para convertir el plástico en aceite reusable, entre otras que involucran documentales y productos reciclables.
The New Plastics Economy
Creada por la Fundación Ellen Mac Arthur, se enfoca en la economía circular: usar el plástico de tal manera en que no se convierta en desperdicio. Tienen corporaciones participantes y premios a la innovación frente al uso de este material.