Casi un tercio de la población mundial, un 30 por ciento, está expuesta a olas de calor mortales al menos 20 días al año. Así lo determinó un estudio realizado por geógrafos de la Universidad de Hawaii, y que fue publicado en la revista Nature Climate Change este lunes.
PUBLICIDAD
Además, el estudio proyecta que para 2100, casi la mitad de la población mundial esté expuesta a olas de calor mortales por el mismo periodo de tiempo. Esto, en caso de que se reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero. En caso contrario, pueden ser tres cuartos del total de los seres humanos los que lo sufran.
Los investigadores estudiaron 783 casos de extrema mortalidad humana reportados entre 1980 y 2014, asociados a episodios de aumento excesivo de temperatura. Fueron considerados casos como el de España en el 2003, donde directa o indirectamente murieron más de 13.000 personas, o el de Moscú en 2010, donde fallecieron más de 10.000 personas.
El estudio aclara que solo cataloga el aumento de las olas de calor que han causado fallecimientos directa o indirectamente en el pasado, “porque el grado de mortalidad humana será considerablemente modificado por la adaptación social (por ejemplo, el uso de aire acondicionado o sistemas de prevención, entre otros)”. De todas formas, aunque estos factores pueden reducir la exposición del ser humano a las olas de calor, “no afectará a la ocurrencia de estas condiciones”.
Más rápido que la adaptación humana
“Dada la velocidad de los cambios climáticos y a las numerosas limitaciones fisiológicas, es poco probable que la fisiología humana desarrolle la tolerancia necesaria al calor promedio, poniendo de relieve que las condiciones al aire libre seguirán siendo mortales incluso si la adaptación social se aplica ampliamente”, dice el texto.
Son las regiones tropicales, por naturaleza muy húmedas y con altas temperaturas en promedio, las más susceptibles a enfrentar olas de calor. Y es la combinación entre la humedad y el calor la que puede provocar un gran número de muertes indirectas.
Dada la velocidad de los cambios climáticos y a las numerosas limitaciones fisiológicas, es poco probable que la fisiología humana desarrolle la tolerancia necesaria al calor promedio»
PUBLICIDAD
Esto, porque mientras mayor sea la humedad, más difícil que el sudor se evapore, lo que a su vez provoca que la temperatura corporal aumente. Esto causa hipertermia, con insolación e inflamaciones.
El estudio, además, apunta a que la mejor prevención es la reforestación de las ciudades y la planificación urbana, buscando refrescar las ciudades.