Ya hay fecha para la activación del artículo 50 por parte del Reino Unido: 29 de marzo. Nueve meses después del controversial referendo por la salida de la Unión Europea, la primera ministra Theresa May anunció la fecha el lunes, y será el comienzo de unas largas negociaciones entre Londres y Bruselas.
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El Reino Unido y la Unión Europea van a buscar el mejor acuerdo para ambas partes. El artículo 50 del Tratado de Lisboa contempla la posibilidad de que uno de los estados miembros de la unión salga del grupo por voluntad propia. Pero en el tratado no se especifica la forma ni los pases a seguir para completar el divorcio.
En cualquier caso, este establece un periodo de dos años como máximo para completar el proceso, con opción para una extensión. Una vez que la Comisión Europea, liderada por el polaco Donald Tusk, haya sido notificada formalmente sobre la decisión, tiene que responder con una guía para completar la salida, pero se espera que esta no sea muy detallada.
Es precisamente la falta de una estrategia clara y coherente lo que hace que los eventos parezcan tan aleatorios»
“Ciertamente, el terreno aparece impredecible. Esto, por las nuevas demandas por la independencia de Escocia a nivel local, y los efectos de Donald Trump y de la aparición de otros extremistas y populistas europeos”, dice Bill Durodie, jefe de Relaciones Internacionales en el Departamento de Políticas, Lenguas y Estudios Internacionales de la Universidad de Bath, Reino Unido.
“Pero para enfrentar materias de este tipo hay que poner las consecuencias por sobre las causas. Es precisamente la falta de una estrategia clara y coherente lo que hace que los eventos parezcan tan aleatorios y lleve a las fuerzas gubernamentales a improvisar”, agrega.
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«Theresa May está siendo pragmática»
Bill Durodie, jefe de Relaciones Internacionales en el Departamento de Políticas, Lenguas y Estudios Internacionales de la Universidad de Bath, Reino Unido, habló con Metro sobre los temas que serán clave en el proceso de divorcio.
Pareciera que hay una sensación creciente alrededor del gobierno de que no puede haber una negociación definitiva por el Brexit. Algunos dicen que la aparente indiferencia del ministro del Brexit, David Davis, es una expresión de eso. Se piensa que los asuntos mundiales son demasiado complejos para hacer hincapié en los detalles, y por lo tanto es mejor tener solo unos pocos principios fundamentales en lugar de un plan detallado.
Theresa May es sostenida por sus detractores, incluyendo los descontentos votantes de la opción contraria al Brexit en el referendo, para buscar un “Brexit duro”, sugiriendo que ella tiene poco interés en el mercado común. De hecho, eso es simplemente lo que la mayoría de los votantes a favor del Brexit pensaron que significaba. Y, por supuesto, el convencimiento de May no viene de sus propios principios, sino que de la fuerza del voto del Brexit. Ella está siendo simplemente pragmática.
Por otra parte, el tiempo pasará y la gente se irá dando cuenta de que el Partido Nacional Escocés no es capaz de resolver los problemas de Escocia. Muchos ya lo saben. Pero es probable que Escocia siga siendo una distracción durante algún tiempo, simplemente porque, por ahora, se ha convertido en el conducto para todos aquellos que todavía esperan detener o revertir el Brexit. Se requiere de una visión estratégica y una columna vertebral para soportar este ruido.
No es posible adivinar cuál será la estrategia en las negociaciones de Theresa May, porque ella no es estratégica. El Financial Times me llamó para saber lo mismo. Muchos altos conservadores parecen relajados en relación al comercio. El Reino Unido cuenta con un enorme déficit comercial con la UE y cualquier arancel puesto aquí perjudicará a nuestros socios europeos exportadores que autos alemanes, vino francés y ropa italiana, la que se volvería más difícil de vender.
