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Pero si bien es cierto que hay muchos a favor de que Clinton sea la primera mujer presidenta, hay otros que no tanto. Esto es lo que dijeron varias mujeres presentes en la Convención Nacional del Partido Republicano durante la pasada semana en Cleveland, Ohio.
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“Creo que ella es una vergüenza para las mujeres. Es una criminal y tiene un largo historial y también su esposo Bill Clinton. Es una vergüenza para las mujeres que la apoyan, nosotras merecemos algo mejor”, dijo Alysia Tambourides, en entrevista con este diario. “Es aterrador, yo era una niña cuando Bill Clinton fue presidente y no fueron momentos buenos y pensar que Hillary pueda ser la presidenta es un pensamiento que da miedo, especialmente para las mujeres, porque yo sé que ella no tiene a América en su corazón”, añadió la mujer de Houston, Texas.
En los Estados Unidos desde el 1848 un movimiento de mujeres líderes comenzó la lucha a favor del voto femenino, derecho del cual las mujeres no gozaban durante aquella época. La lucha por fin vio luz a partir de 1920, cuando las mujeres tuvieron derecho a participar de un proceso eleccionario.
Desde entonces la discusión ha continuado en distintos niveles, colocando con su voto a mujeres en puestos de representantes, senadores y otras importantes posiciones que ido dando balance dentro de las ramas de gobierno. Dentro de esa lucha, una primera mujer presidenta sería uno de los más grandes logros, aunque par las republicanas Hillary Clinton se trata de la mujer incorrecta para alcanzar esa meta.
“No me molesta el hecho de tener una presidenta, pero ella (Clinton) me asusta mucho. Ella es corrupta, no hace lo que dice que va a hacer, ella ha mentido, ha abandonado nuestras políticas y nuestro país. No tengo ningún interés en tenerla a ella como la primera mujer presidenta, creo que sería un error enorme”, dijo María Parge a este medio. Para ella, es Donald Trump quien tiene la capacidad de dirigir al país y quien debe convertirse en el presidente número 45 de la nación.
Recientemente, Hillary Clinton fue investigada por el Negociado Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés), que concluyó que la exsecretaria de Estado violó las reglas de seguridad del Departamento de Estado y de su puesto, al utilizar un servidor personal de correo electrónico instalado en el sótano de su casa, desde el cual se enviaron o recibieron al menos 110 correos que contenían información clasificada o confidencial, entre ellos 36 que contenían datos secretos, lo que pudo haber puesto en peligro la seguridad de la nación.
“El FBI lo dijo claramente sobre sus fallas respecto a su servidor de correo electrónico, Ella tuvo suerte de no haber sido acusada criminalmente, Cualquier otra persona en esa misma situación o posición, hubiera sido castigada”, puntualizó Betty Eewarts, de Carolina del Norte.