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El impacto ambiguo del confinamiento en nuestro medio ambiente

El confinamiento trajo escenas como las calles solitarias y animales regresando al ambiente urbano, pero ¿realmente le fue tan bien a la naturaleza?

El confinamiento provocó imágenes poco vistas con anterioridad
El confinamiento provocó imágenes poco vistas con anterioridad Foto: Yawar Nazir/Getty Images (Getty Images/Getty Images)

A pesar de las imágenes que se volvieron virales de peces regresando a los canales de Venecia, o animales salvajes en los grandes y vacíos centros urbanos, el confinamiento masivo de 2020 trajo un impacto ambiguo al medio ambiente, de acuerdo a una investigación reciente. Esto demuestra que el ser humano es, a la vez, guardián y una amenaza para la naturaleza. 

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“El confinamiento mundial para mitigar los riesgos sanitarios de la pandemia COVID-19 ha alterado las interacciones humanas con la naturaleza”, explican los autores de la investigación, la cual fue liderada por Amanda E. Bates, investigadora del departamento de Ciencias Oceánicas de la Universidad Memorial de Terranova, en Canadá. “Informamos de los impactos inmediatos de los cambios en las actividades humanas sobre la vida silvestre y las amenazas ambientales durante los primeros meses del confinamiento de 2020, para lo que analizamos 877 informes cualitativos y 332 evaluaciones cuantitativas de 89 estudios diferentes”. 

Las fotos, los videos y las cientos de personas que denunciaron haber visto animales en lugares inusuales, en todo el mundo, sugieren que éstos respondieron rápidamente a las reducciones de la presencia humana. “Sin embargo, también surgieron efectos negativos del confinamiento en la conservación, ya que hizo que algunos funcionarios de los parques no pudieran realizar tareas de conservación, restauración y aplicación de la ley, lo que provocó un aumento local de actividades ilegales como la caza”, explican los autores. 

Algunas de las escenas vistas en el confinamiento | Foto: Christopher Furlong/Getty Images (Christopher Furlong/Getty Images)

En general, existe una compleja mezcla de efectos positivos y negativos del confinamiento por la pandemia en la naturaleza. “Aunque el efecto neto del bloqueo deberá evaluarse a lo largo de los años, a medida que se disponga de datos y surjan efectos persistentes, se detectaron respuestas inmediatas en todo el mundo”. 

Confinamiento obligó a animales a buscar más alimento

Otra de las principales conclusiones del estudio es que los seres humanos y sus actividades tienen un impacto medible en la disponibilidad de alimentos para los animales de los hábitats terrestres y marinos, incluidos los depredadores superiores y los carroñeros. Por ejemplo, en Singapur, las palomas asilvestradas cambiaron su dieta de alimentos humanos a fuentes de alimentación más naturales y su número disminuyó. En un campus universitario de Sudáfrica, los estorninos de alas rojas perdieron masa corporal, presumiblemente porque sus zonas típicas de búsqueda de alimento estaban desprovistas de residuos y los cuervos carroñeros también se extendieron a las playas costeras de Australia cuando dejó de haber comida humana. 

Sospecho que algunos de los impactos más fuertes sobre la naturaleza se producirán cuando salgamos de la pandemia. Espero que haya líderes y gobiernos visionarios que traten de evitar priorizar las ganancias económicas a corto plazo que pueden comprometer los ecosistemas, a veces para siempre. La pandemia y el bloqueo han sido una tragedia humana, y quizá ahora debamos utilizar este acontecimiento como punto de inflexión para la transformación de la sociedad, con el fin de valorar la salud económica y de los ecosistemas a más largo plazo.

La caza también aumentó en muchos países, incluso en los parques, para complementar los ingresos. Un ejemplo clásico es el aumento de la caza de pangolines, que probablemente se debió a una combinación de reducción de la protección por parte de los departamentos forestales, aumento de la venta de permisos de caza y mayor caza ilegal. Esto es sorprendente si se tiene en cuenta el posible papel de los pangolines como huéspedes intermediarios del SARS-COV-2, y los llamamientos a detener el consumo de animales salvajes para evitar futuras zoonosis. Además, está claro que los sistemas socioecológicos resistentes son fundamentales para apoyar la conservación de la naturaleza.

Impactos negativos

“Nuestros hallazgos sobre los impactos positivos y negativos del encierro humano no apoyan la opinión de que la biodiversidad y el medio ambiente se beneficiarán predominantemente de la reducción de la actividad humana durante el encierro, una perspectiva adoptada por algunos de los primeros informes de los medios de comunicación”, destacan los investigadores. “En cambio, los impactos negativos del cierre sobre la biodiversidad surgen de la interrupción del trabajo deliberado de los humanos para conservar la naturaleza mediante la investigación, la restauración, las intervenciones de conservación y la aplicación de la ley”.

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Para conocer más, Metro conversó con Amanda E. Bates, investigadora del departamento de Ciencias Oceánicas de la Universidad Memorial de Terranova, en Canadá.

Preguntas y respuestas

Amanda E. Bates, Departamento de Ciencias Oceánicas, Universidad Memorial de Terranova, Canadá

¿Podría hablarnos del proceso de su investigación?

Cuando se pusieron en marcha los cierres establecidos por los gobiernos de todo el mundo, era evidente que esto iba a cambiar por completo las actividades humanas y muchos aspectos de la sociedad. Nos dimos cuenta de que era una oportunidad inesperada para examinar las relaciones entre los seres humanos y los sistemas naturales.

Poco más de un año después del encierro más estricto del mundo, ¿qué impacto tuvo en la naturaleza?

Hubo muchos vínculos entre el ser humano y la naturaleza, con resultados tanto positivos como negativos para la biodiversidad y la conservación.

¿Cuáles fueron las especies más afectadas y más beneficiadas por el confinamiento humano?

El encierro provocó una reducción de los desplazamientos por aire, tierra y agua, y los efectos inmediatos iniciales fueron positivos, como la reducción de los atropellos en todo el mundo.  Pero también hubo impactos muy fuertes en las especies que dependen de los humanos para su protección. Un ejemplo son los millones de polluelos de aves marinas que se perdieron este año porque los equipos humanos no pudieron llegar a las remotas islas subantárticas y eliminar los roedores invasores que viven en las islas y se comen los huevos.

¿Cómo podemos aplicar lo que hemos aprendido de su investigación?

La diversidad de formas en que las actividades humanas influyen en la fauna y los sistemas naturales es extraordinaria. Pero esto también significa que los seres humanos pueden desempeñar un papel tan importante en la protección y restauración de los sistemas naturales y de los modos de vida, como la pesca, que estos sistemas sustentan.

¿Cuáles son los próximos pasos de su investigación?

Me han concedido una beca Pew Marine para trabajar con la comunidad mundial de científicos, gestores y expertos en historia natural con el fin de comprender qué repercusiones tendrá este acontecimiento en las futuras generaciones de animales salvajes.

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