Este 25 de mayo se cumple un año de uno de los asesinatos más dolorosos e impactantes a manos de las autoridades. El fallecimiento del afroestadounidense George Floyd paralizó a Estados Unidos y a todo el mundo.
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Por un billete falso
Por la mañana el hombre fue a una tienda a comprar tabaco, sin imaginar que estaría cerca de vivir sus últimos minutos de vida.
Al igual que a muchas personas, la pandemia por el coronavirus golpeó al afroamericano de 46 años. Sufrió caídas, resurrecciones, problemas con las drogas, un tiempo en la cárcel, para después tener ganas de salir adelante y luchar por una vida mejor, pero se había quedado sin trabajo.
Sin embargo, el destino tenía tristes planes para Floyd. El hombre pagó con un billete falso en la tienda, por lo que el dependiente del lugar llamó a la policía.
Derek Chauvin, el policía que mató a George Floyd
Ahí fue cuando se encontró con la violencia inexplicable, el racismo y la impertinencia del elemento Derek Chauvin, que ahora fue declarado culpable por asesinato de segundo grado, asesinato en tercer grado y homicidio involuntario en segundo grado.
En la noche del 25 de mayo de hace un año, la molestia, impotencia y coraje por la muerte del afroamericano, debido a la rodilla del policía blanco que lo aplastó durante cerca de 10 minutos grabados en video, a pesar de las súplicas de la víctima que le decía que no podía respirar, así como de la gente que pasaba por el lugar, provocaron movimientos enardecidos en Estados Unidos.
Movilizaciones internacionales
Las protestas traspasaron fronteras y pronto el movimiento creció en diferentes partes del mundo.
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En pocas semanas ya era más que evidente una movilización contra el racismo y la violencia policial, considerada la mayor desde la muerte de Martin Luther King, medio siglo atrás.
Cambios desde su muerte
Las modificaciones por el asesinato de George Floyd se hicieron evidentes. Los departamentos de policía ejercieron cambios de reglamentos, las empresas revisaron sus normas, el Pentágono tomó medidas contra los homenajes a los símbolos de la Norteamérica esclavista en sus instalaciones.
El asesinato provocó una catarsis nacional, y sentó bases para impulsar modificaciones profundas en la policía y la justicia estadounidense.
De hecho, la condena a Chauvin por tres cargos de homicidio imprudente por los que fue imputado es una decisión fuerte y poco frecuente para los elementos de seguridad que se encuentran en servicio; ellos son muy protegidos por la ley, por lo que quedó claro que se trataba de un punto de inflexión.
Ahora, a 365 días de su fallecimiento, Floyd da nombre a una ley de reforma policial, que se debate en el Congreso estadounidense.
Además, en la Casa Blanca, el presidente Joe Biden habla sin matiz alguno del «racismo sistémico» en el país de las barras y las estrellas.
La violencia no cesa
Sin embargo, la violencia en las calles, suburbios y negocios no se detuvo, sino que no dejó de crecer con el paso del tiempo.
También están presentes los llamamientos para restar fondos y competencias a los departamentos de la policía y una reivindicación de los sectores más radicales de los demócratas y del movimiento Black Lives Matter (Las Vidas Negras Importan) se han dado de bruces con esta nueva realidad a un año del lamentable asesinato.
En Los Ángeles, donde las autoridades locales habían acordado reducir en 8 por ciento el presupuesto tras el caso Floyd, se acaba de dar luz verde a la contratación de 250 agentes para dar respuesta al aumento de la violencia, ya que el número de asesinatos ha aumentado 36 por ciento en el último año. En tanto, Nueva York sufrió 500 asesinatos en 2020, el mayor en la última década.
La presión por justicia también ha aumentado. Una semana antes del juicio contra Chauvin, un joven negro de nombre Daunte Wright murió cuando trataba de zafarse de una detención de tráfico en Brooklyn Center. El jefe de la policía dijo que la agente blanca que trató de arrestarlo confundió la pistola paralizante con la real.
Este día se esperan manifestaciones en la calle en recuerdo y honor a la vida y muerte de George Floyd.
Mientras tanto, el presidente recibirá a su familia en la Casa Blanca, a la vez que la nueva ley incluye la creación de un registro de malas conductas de los uniformados y la prohibición de técnicas de inmovilización como la de ahogamiento que asesinó a Floyd.