Justo cuando Estados Unidos se mantiene en la pelea contra el coronavirus, que le ha pegado como a ningún otro país en cuanto a decesos, contagios y hospitalizaciones, ahora hay una polémica que podría retrasar el proceso de vacunación.
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Y es que la Conferencia de Obispos Católicos de esa nación recomienda a sus seguidores no aplicarse la vacuna de Johnson & Johnson contra el COVID-19.
Por utilizar fetos abortados para su desarrollo
De acuerdo a un comunicado del organismo, este tratamiento empleó líneas celulares derivadas de fetos abortados, durante las etapas de investigación y desarrollo, algo que la Iglesia Católica considera inaceptable.
Por este motivo, la entidad recomienda a sus feligreses aplicarse otras vacunas, que se encuentran disponibles ya en el país de las barras y las estrellas, como la de Moderna y Pfizer/BioNTech.
Sin embargo, el Vaticano aclaró que cuando no había la posibilidad de recibir otras inyecciones, es moralmente aceptable para las autoridades eclesiásticas aplicarse dosis de vacunas cuestionadas por la Iglesia Católica.
Por si fuera poco, el presidente Joe Biden es católico, por lo que fuentes cercanas a la Casa Blanca aseguran que ya se encuentran haciendo investigaciones sobre los argumentos de la Conferencia de Obispos.
“Están abordando las dudas y trabajando con mensajeros locales sobre cómo abordar ese tema, incluso con líderes religiosos”, sostuvo un funcionario de la administración del demócrata a CNN.
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Y es que el ente religioso, incluso, dio fechas de los fetos abortados para la creación y desarrollo de la vacuna Johnson & Johnson; se realizaron con productos de la década de los años 80, aseguran.
La vacuna de Johnson & Johnson es la tercera que se permite utilizar en Estados Unidos. A diferencia de Moderna y Pfizer/BioNTech, ésta sólo necesita una dosis y se puede mantener en temperaturas normales de refrigeración, lo que hace más sencillo su transportación.
Piden aplicarse la que esté disponible
Las autoridades y los especialistas han llamado a los estadounidenses a recibir cualquiera de las inoculaciones que se encuentren disponibles.
Aunque Estados Unidos suma ya más de 25 millones de ciudadanos vacunados hasta el momento, su lucha para detener la pandemia del coronavirus dentro de sus fronteras aún se encuentra muy lejos de estar ganada.
El país de América del Norte es el más golpeado por el COVID-19. De acuerdo a datos de la Universidad Johns Hopkins, que actualiza las cifras de la pandemia mundial en tiempo real, suma más de 28.81 millones de contagios y arriba de 500 mil fallecimientos.
«Si a las personas se les ofrece la vacuna Johnson & Johnson, no deberían decir: ‘No la quiero'», dijo el Dr. Paul Goepfert, director de la Clínica de Investigación de Vacunas de Alabama. «No estamos en un escenario en el que podamos elegir vacunas», continuó.
Contradicciones
Sin embargo, las últimas declaraciones de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos se contradicen con otros argumentos que dieron autoridades de esa religión antes de que se permitiera el uso de la vacuna señalada.
La oficina doctrinal de la Iglesia católica romana, la Congregación para la Doctrina de la Fe, sostuvo que: “Es moralmente aceptable recibir las vacunas contra el coronavirus que han usado líneas celulares de fetos abortados en su proceso de investigación y producción, debido a la emergencia sanitaria que se enfrenta en Estados Unidos y en el mundo”.
Incluso, el Papa Francisco, quien fue vacunado a inicios de año hizo observaciones de la polémica creada con las vacunas de Johnson & Johnson. “El uso de tales inyecciones no constituye una cooperación formal con el aborto del que derivan las células utilizadas en la producción de las vacunas”, indicó el Sumo Pontífice.
Debido a los comentarios de algunas entidades católicas, muchos de sus creyentes se están inclinando a recibir las vacunas de Moderna y Pfizer, siempre y cuando sea posible.
