Aunque la lucha contra el coronavirus se encuentra lejos de estar ganada, algunos territorios han dado el primer paso hacia una nueva normalidad, con la intención de comenzar a dejar atrás las normas que se han seguido durante los últimos meses.
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Sin mascarillas y con reapertura total de negocios
Tal es el caso de Texas, donde las autoridades decidieron suspender el uso obligatorio de los cubrebocas.
Además, el gobernador de este estado, Greg Abbott, indicó que todos los comercios podrán reabrir. El mandatario aseguró que la delimitación ya cuenta con los medios para proteger a su población del coronavirus, por lo que es tiempo de dar un paso hacia el frente.
“A partir del próximo miércoles 3 de marzo, todos los comercios de todo tipo podrán abrir a 100% de su capacidad”.
El decreto “pone fin, en todo el estado, a la obligatoriedad del uso de mascarillas», vigente desde julio del año pasado.
Defiende su iniciativa
“Gracias a los avances médicos en materia de vacunas y tratamientos con anticuerpos, Texas tiene ahora los medios para proteger a sus habitantes del virus», sostuvo Abbott, en un discurso dirigido a miembros de la Cámara de Comercio de Lubbock, en el noroeste del estado.
La decisión ocurre, luego de que durante medio año los ciudadanos del segundo estado más poblado de Estados Unidos han tenido que enfrentar fuertes restricciones para tratar de evitar la propagación del coronavirus.
“En casi seis meses, a demasiados texanos se les ha negado la oportunidad de trabajar, demasiados propietarios de pequeñas empresas han tenido dificultades para pagar sus facturas”, sostuvo Abbott. “Nos aseguramos de que todas las empresas y familias de Texas tengan la libertad de determinar su propio destino”.
Con la nueva norma expresada por el gobernador republicano, las compañías ahora pueden limitar, si así lo desean, el aforo de sus locales o establecer protocolos sanitarios.
A pesar de ser una decisión que brinda un poco de esperanza y fe a los habitantes de la entidad, la lucha para contener al coronavirus aún se encuentra lejos de estar ganada.
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La batalla no está ganada
Basta decir que Estados Unidos es el país más golpeado por la pandemia del COVID-19, con más de 28.72 millones de contagios desde que llegó el virus a sus fronteras y 517 mil muertes.
Por su parte, Texas suma 44 mil 186 defunciones, como consecuencia del SARS-CoV-2 para ubicarse como el tercer estado más afectado del país de las barras y las estrellas.
Sólo se encuentra por debajo de California, que totaliza 52 mil 798 muertes, y Nueva York, con 47 mil 818 vidas perdidas, de acuerdo a los datos ofrecidos en tiempo real por la Universidad Johns Hopkins.
Hace unos días, los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, la principal agencia federal de salud pública del país de Norteamérica, advirtió que no era una buena idea cualquier flexibilización de las medidas sanitarias, en especial la utilización del cubrebocas.
Llegan las críticas
Las críticas a la importante decisión del gobernador Greg Abbott no se han hecho esperar.
En especial, las personas que se encuentran en la primera línea de la batalla contra el coronavirus han levantado la voz.
“Estoy furioso. Las nuevas medidas son una falta de respeto a todo lo que hemos hecho a lo largo de este año. Decir que de la noche a la mañana ya no necesitas usar mascarilla sin ninguna evidencia científica es irresponsable y lo único que va a pasar es traer problemas”, indicó el doctor Joseph Varon, jefe de personal del hospital United Medical Center de la ciudad de Houston, Texas, a CNN
Luego de la decisión del gobernador Greg Abbott, el estado de Mississippi también levantó la norma del uso obligatorio de mascarillas y, de igual forma, apostará por la reapertura de 100% de sus negocios.