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Así es una noche en los antros clandestinos de la Condesa

Algunos de los lugares que se encuentran en la Condesa, Roma y el Centro Histórico se pasan por alto las indicaciones de las autoridades, y abren de manera clandestina, con barra libre incluida.

Es conocido que la apertura de los antros, bares y centros nocturnos en la Ciudad de México y el Estado de México está prohibida, debido a que el semáforo de la pandemia del coronavirus se encuentra en color rojo.

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Al no ser considerados como actividades esenciales, estos negocios deberían de esperar a que baje la intensidad de contagios, hospitalizaciones y muertes a causa del COVID-19, para volver a entrar en funciones.

Sin embargo, algunos de los lugares que se encuentran en la Condesa, Roma y el Centro Histórico se pasan por alto las indicaciones de las autoridades, y abren de manera clandestina.

Ni a los dueños ni a los visitantes les importan las alarmantes cifras de la CDMX, que suma más de 481 mil contagios y cerca de 23 mil fallecimientos, debido al SARS-CoV-2.

Así es una noche en los antros clandestinos de la Condesa

Lugares como el Phoenix han optado por abrir sus puertas de manera clandestina.

Afuera del lugar, que se encuentra en el número 16 de la calle Cadereyta, y en los alrededores, se respira un ambiente más tranquilo, a diferencia de lo que se acostumbraba en estos rumbos antes de la pandemia.

Pero si rondan algunos autos y personas que buscan algún lugar para ir de fiesta.

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Entonces, en la esquina de Cadereyta con Avenida Tamaulipas encuentran a un grupo de cinco personas, que son parte del staff.

Ellos hacen la invitación a los individuos para entrar al lugar, que mantiene sus puertas cerradas. Una vez afuera del lugar, los trabajadores del Phoenix hablan con sus compañeros de adentro para que abran rápidamente.

Ya adentro, un par de elementos cobran 100 pesos por persona, con lo que se tiene derecho a barra libre desde las 23:00 horas hasta la 1:30 horas del siguiente día.

Lo más curioso es que por cerca de 30 minutos la música del DJ baja un poco de volumen, pues las autoridades están haciendo su rondín.

Conforme transcurre la noche, aumenta la presencia de los jóvenes que se dan cita al lugar clandestino.

El clímax del lugar ocurre cerca de las 2:00 hrs. cuando llegan a reunirse hasta 100 personas. Pero, de acuerdo a los trabajadores del sitio, la noche es joven y casi siempre la fiesta termina hasta las 5:00 o 6:00 horas.

Está de más decir que no se mantiene ni la sana distancia ni se usa cubrebocas; de hecho, se puede fumar adentro del lugar, para evitar la entrada y salida constante del sitio.

Este es sólo un ejemplo de los antros clandestinos que se niegan a seguir las normas de las autoridades, en época de pandemia.

 

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