Estados Unidos se encuentra en el limbo. El aún mandatario Donald Trump se niega a aceptar su derrota, mientras que Joe Biden, el virtual ganador de las elecciones del pasado 3 de noviembre, ya actua como tal y expresa sus proyectos, pero tiene las manos atadas por el bloqueo de la Casa Blanca.
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Y así transcurren las horas y los días sin que republicanos y demócratas se pongan de acuerdo con lo que va a suceder en el futuro cercano del país.
Por ende, quedan poco más de dos meses de tensión política, social e incluso sanitaria hasta que llegue el 20 de enero, día de la envestidura del nuevo presidente.
Pero en este lapso de tiempo las cosas se pueden complicar más, en gran parte por las acciones y decisiones de Donald Trump, que es secundada por su equipo de trabajo.
De hecho, el secretario de Estado, Mike Pompeo, se sumó al discurso sin pruebas que ha tenido el magnate antes, durante y después de las elecciones.
“Habrá una transición tranquila, hacia un segundo gobierno de Trump”, dijo el funcionario desde la tribuna del Departamento de Estado, donde el gobierno de su país juzga la democracia de otras naciones.
Cuando Pompeo fue cuestionado sobre si es incoherente la postura del gobierno del millonario con el hecho de que el Departamento de Estado emita frecuentemente comunicados pidiendo elecciones justas en otros países y que los perdedores acepten la derrota, Pompeo respondió: «Eso es ridículo».
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Entonces este tiempo en el limbo se puede convertir en un martirio para la política del país de las barras y las estrellas en diferentes escenarios.
Transición congelada
De seguir así, estas nueve semanas estarán congeladas en la transición. Sin la firma de Emily Murphy, responsable de la Administración de Servicios Generales, Biden no puede actuar.
En otras palabras, a pesar de ser el presidente electo, el demócrata no puede ver información clasificada o tener informe del funcionamiento interno del gobierno, entre otras cosas.
Es más, Donald Trump ya prepara el presupuesto de 2022, que se presenta en febrero, como si hubiera ganado las elecciones.
Democracia desacreditada
Además, está la visión del resto del mundo. Estados Unidos siempre se ha vanagloriado de ser un defensor de los valores democráticos en el planeta. Los llamados a elecciones justas y libres en otros territorios son una constante.
La decisión de Trump de no reconocer su derrota y llamar “fraude” y “robo” a las elecciones desacredita al país.
Dentro de sus fronteras, cerca de 70% de los republicanos afirman que Biden no ha ganado en unas elecciones justas y libres, siguiendo el discurso del mandatario.
Por si fuera poco, después de las elecciones, el presidente despidió al jefe del Pentágono, Mark Esper, y después colocó en altos cargos civiles a tres sus seguidores más leales, que tienen vínculos en teorías de conspiración.
Y el exsecretario de Defensa republicano William Cohen, que sirvió con el presidente demócrata Bill Clinton, dijo que la conducta del gobierno de Trump «se parece más a una dictadura que a una democracia».
Problemas con la pandemia
Y para terminar, en medio de todo este caos, Estados Unido enfrenta un tercer brote de coronavirus, sin un plan definido.
Aunque Joe Biden presentó sus propuestas no puede actuar hasta el 20 de enero de 2021.