En un momento de tristeza, desconsolación y nostalgia, la pareja más longeva del mundo fue separada. Con lágrimas en los ojos y la voz entrecortada, Waldramina Quinteros, de 105 años, recuerda la partida de su esposo César Mora, quien falleció a los 110 años.
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Apenas hace un par de meses, los ecuatorianos habían recibido el Récord Guinness al matrimonio con más tiempo combinado, con una edad de 214 años y 358 años.
Sin embargo, la ley de vida y una profunda depresión a causa de la pandemia del coronavirus hicieron que César Mora falleciera.

“Estoy triste por esto, porque ya no está aquí conmigo. El final de la vida de él me duele mucho”, indicó entre lágrimas Waldramina.
Y no es para menos, pues pasaron 79 años juntos como matrimonio. Toda una vida.
El confinamiento y la suspensión de actividades familiares repercutieron en la salud de Mora. Así lo confirmaron sus hijos pocos días antes de que partiera.
“Sufre de nostalgia por la vida que tenía antes del coronavirus. Este problema de la pandemia les ha afectado terriblemente a mis padres. Extrañan tener la casa llena con nietos, bisnietos y tataranietos. Mi padre tiene un bajón muy grave”, dijo Cecilia Mora a CNN, días previos a que su papá perdiera la vida.
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Sin embargo, Waldramina ahora trata de recordar de la mejor manera al hombre de su vida, y le dedica palabras llenas de amor hasta donde se encuentre. “Fue tranquilo, respetuoso, cumplidor con todo; me da pena porque veo que la vida de él termina. Yo sigo, pero eso está bien; a todos nos pasará”, indicó.
Cuando recibieron la placa que los reconocía como la pareja más longeva del mundo, ambos lucieron emocionados hasta las lágrimas. Una historia de amor, sacada de un cuento de hadas, de esas que ya no quedan muchas.
Wladramina, sobreviviente de la pareja de profesores, se dio tiempo para mandar consejos a los jóvenes.
“Así se lleva una vida, tranquila, de paz y amor. Espero que la pandemia termine porque destruye a todo el mundo. Así no podemos seguir adelante”, indicó.
Ella y su difunto esposo siempre tenían su casa llena con cinco hijos, nueve nietos, 22 bisnietos y 10 tataranietos. “Aprendan a no mentir, a respetarse todos mutuamente y ayuden a todos los que pueden”, concluyó.