Aunque la pandemia del coronavirus aún no se ha detenido y se teme un rebrote en esta época y hasta fines de año, hay sectores que se encuentran inconformes con las decisiones de las autoridades.
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Tal es el caso de los grupos judíos ortodoxos y la Diócesis católica de Brooklyn, que mostraron su molestia con la decisión del gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, con las nuevas restricciones, entras las que se incluye el número permitido de personas reunidas en un mismo punto.
Optaron por demandar a Nueva York
Fue tal su descontento que optaron por llevar la situación a los tribunales, a través de demandas.
De acuerdo a la querella presentada por Agudath Israel of America, el gobernador “ha pisoteado el derecho constitucional de los judíos ortodoxos al libre ejercicio de la religión”.
En el escrito se señala que la nueva norma de Cuomo “hace imposible que se practique nuestra religión, y realmente no tuvimos otra opción que buscar alivio en los tribunales”.
“Creemos que es posible mantenerse a salvo y, al mismo tiempo, tener más de 10 personas en un edificio Shul, que está destinado a albergar a cientos”, dijo el rabino Chaim Dovid Zwiebel, vicepresidente ejecutivo de Agudath Israel.
Nuevas restricciones en NY molestan a grupos religiosos
Hace unos días, el gobernador de Nueva York optó por establecer los puntos calientes de brotes de COVID-19 en la ciudad. Las autoridades limitaron las zonas por color (rojo, naranja y amarillo), según los contagios del virus.
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En las zonas rojas, las reuniones religiosas están limitadas a 25% de capacidad o sólo 10 personas. Mientras que las zonas anaranjadas están limitadas a 33% o 25 creyentes.
La medida también molestó a la Diócesis de Brooklyn, que indicó mediante la demanda que el estado ha ignorado que sus protocolos de sanidad han funcionado.
“Es un insulto penalizar una vez más a todos aquellos que han hecho que el regreso seguro a la Iglesia funcione», se lee en la misiva.
«Nuestras iglesias tienen la capacidad de acomodar a muchos feligreses, y reajustar nuestra capacidad de asistencia a un máximo de 10 personas en la zona roja y 25 en la naranja, cuando no hemos tenido casos significativos, impide nuestro derecho a la adoración», dijo Nicholas DiMarzio, Obispo de Brooklyn.