Mientras Donald Trump se negó a condenar en el debate presidencial las actitudes del grupo de extrema derecha conocido como “Proud Boys”, sí hizo un llamado para detener a “Antifa”, sector de ultraizquierda.
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El mandatario, incluso, mandó un guiño para los “Chicos orgullosos”, autodenominados como chovinistas occidentales, relacionados con el nacionalismo blanco.
“Les diré que esperen un poco, que retrocedan”, fueron las palabras del magnate que causaron polémica el primer debate.
Más aú, porque los expertos consideraron sus frases como un apapacho a la ultraderecha estadounidense.
Megan Squire, profesora de informática de la Universidad de Elon, especializada en el rastreo de la extrema derecha estadounidense en internet, analizó como un respaldo del mandatario a ese sector.
«Decir que los ‘Proud Boys’ están animados por el comentario es quedarse corto. Ya eran pro Trump antes de esto, y ahora están absolutamente en las nubes. Su fantasía es luchar contra Antifa en su defensa, y aparentemente él les pidió precisamente eso», dijo para CNN.
Sin embargo, el mandatario cambió su postura al hablar de Antifa, al considerarlos un grupo que genera violencia.
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«Pero les diré algo, les diré algo, alguien tiene que tomar acción con los Antifa», dijo al sostener que ellos causan el caos en el país de América del Norte y no la ultra derecha.
Pero, ¿Qué es Antifa?
La palabra Antifa proviene del término antifascismo. Es decir, son un movimiento que están en contra del nacionalismo.
El término comenzó a utilizarse a comienzos de la década de 1930, en Alemania, para llamar a grupos socialistas que le plantaban cara al surgimiento del nazismo.

En Estados Unido, este grupo hizo campaña por asuntos sociales desde hace 20 décadas.
Incluso, el director del FBI, Chris Wray, indicó hace unos días ante congresistas que Antifa es una ideología, no una organización.
Su testimonio lo enfrenta con el presidente Donald Trump, quien sostiene que los designaría grupo como terrorista, al igual que Al-Qaeda y el Estado Islámico.
Durante años tuvieron como objetivo principal bloquear el resurgimiento de neonazis y grupos de blancos supremacistas.
Uno de los más antiguos, el Antifa de Rose City, Oregón, impidió en 2007 un festival de música organizado por neonazis.
Sus tácticas incluyen denunciar públicamente a extremistas de derecha y organizar contraprotestas.
Sin embargo, desde que Trump llegó a la Casa Blanca, la derecha se sintió fortalecida, y Antifa se lanzó a confrontarlos y a la desobediencia civil destructiva.
Durante la investidura de Trump, el 20 de enero de 2017, miembros de este sector destrozaron ventanas y quemaron un auto en la capital del país.
En agosto de ese año estaban a la cabeza de contramanifestaciones, cuando supremacistas blancos y neonazis marcharon en Charlottesville, Virginia, donde se llegaron a protagonizar peleas campales.
Desde entonces, ambas partes se han enfrentado en varios lugares, entre ellos Portland y Berkeley, California.